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Historia

Cuba tiene el lugar número uno en el mayor mapa del tesoro de la historia

España ha logrado ubicar de forma exacta 700 barcos del Imperio hundidos en el Caribe, 249 de ellos en puntos de la Isla.

Madrid

Tras cinco años de trabajo documental, el Ministerio de Cultura de España ha elaborado el mayor mapa del tesoro de la historia con la ubicación exacta de casi 700 barcos hundidos en el Caribe entre 1492 y 1898.

Del total de naufragios documentados, solo el 23% tiene indicios arqueológicos. El resto está sin explorar, precisó el diario El País.

Entre los registros se encuentran la mítica Santa María (la primera nave europea hundida en América), los barcos que perdió Hernán Cortés en su conquista de México, los que estaban al mando de Francisco de Pizarro o Núñez de Balboa, pero también las coordenadas donde el mar engulló los tesoros más increíbles de oro, plata, esmeraldas o descomunales perlas.

El país con mayor número de pecios españoles identificados es Cuba (con 249), seguido de la costa atlántica de EEUU (153), área que incluye las famosas islas de los piratas, y la Antigua Florida (150), una zona que se extendía por los actuales estados de Texas, Luisiana, Misisipi, Florida, Georgia y Alabama. En Panamá, por ejemplo, se han ubicado 66 naufragios y en La Española, 63.

En el inventario español se detalla la ubicación de cada pecio, el nombre de la nave, el tipo de barco, el nombre del capitán, el armamento y la carga embarcada, así como la tripulación y los pasajeros.

Entre los nombres más afamados, además de Cristóbal Colón, que también perdió la nave Vizcaína en Panamá, se pueden leer los de Vicente Yáñez Pinzón (dos carabelas en 1500 en Abrojos, República Dominicana), Juan de la Cosa y Núñez de Balboa (dos naos en Haití, 1501), Pizarro (una nave en Nombre de Dios, Panamá, en 1544), Pánfilo de Narváez (dos barcos, en Trinidad en 1527) o dos que eran propiedad de Álvaro de Bazán (Santo Domingo, 1553).

En los puertos las flotas del Rey también se hundían, y a decenas. En 1768 se fueron a pique 70 barcos a causa de un huracán en el puerto de La Habana, lo mismo que pasó en 1810 con otras 60 embarcaciones en el mismo abrigo, recuerda El País.

Combates con enemigos

Las naves del Imperio español que surcaban los mares del mundo portaban las más variadas cargas. Entre ellas, los expertos han constatado oro, plata, perlas, esmeraldas y marfil, pero también cerámica Ming, tabaco, azúcar, vainilla o cacao, además de esclavos, artillería, libros o reliquias de Jerusalén.

Este trasiego de riquezas provocó algunos combates con ingleses y holandeses. Así se fueron al fondo del mar, entre otros, los galeones Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de la Victoria, en 1590 a orillas del cabo San Antón (Cuba).

El Neptuno, Nuestra Señora del Pilar y Nuestra Señora de Loreto en 1762 fueron hundidos por los españoles para obstaculizar el acceso a los ingleses al puerto de La Habana. También están los destructores Cristóbal Colón, Furor, Almirante Oquendo, Infanta María Teresa y Vizcaya destrozados por la flota de EEUU durante la batalla del 3 de julio de 1898 tras el estallido del Maine. Todos sus pecios son actualmente Monumento Nacional.

Ataques piratas

De los ataques piratas se han descubierto pocos restos, algunos en Camagüey (Cuba) en 1603 o tres barcos de 1635 que encallaron tras la lucha contra el corsario. También se ha documentado la carga que lanzó por la borda Juan de Benavides para que no fuera robada por los piratas holandeses en Matanzas (Cuba).

De hecho, Benavides no perdió en batalla ningún barco, pero los holandeses le robaron 14 con lo que el rey Felipe IV cuando el capitán regresó a España para relatar el desastre lo mandó decapitar.

Otros hundimientos

Llegar a tierra o mantenerse a flote no siempre significaba la salvación. En 1548 una nave se hundió frente a Cayo Largo (Florida). Toda la tripulación sobrevivió, pero fueron capturados, esclavizados y sacrificados por los indios Calusa, menos Hernando Escalante, de 13 años, que vivió otros 17 con los indígenas hasta ser rescatado por Pedro Menéndez de Avilés en 1565.

En 1605, el Santísima Trinidad partió de Cartagena (Colombia) y un temporal lo mandó a pique cerca de Santa Isabel (Cuba).

Solo quedaron con vida 36 personas, que se subieron a una chalupa con tal cargamento de oro y plata que la barcaza también se hundió.

Dos años después, una fragata encalló en la playa de Tienderropa, en Panamá. Sobrevivieron 13 embarcados que alcanzaron la costa, pero allí los cimarrones (esclavos africanos huidos de las plantaciones) los mataron.

La Subdirección General de Patrimonio Histórico de España solo ha terminado una de las diversas partes que tendrá en el futuro el mapa del tesoro, que los especialistas prefieren denominar del mapa del patrimonio cultural sumergido del Imperio español, ya que el actual se ha ceñido a los hundimientos en el Caribe y en la costa atlántica de EEUU.

Quedan por rastrear los naufragios del Pacífico, el Atlántico Sur o Filipinas para tener una idea fiel del volumen del transporte marítimo español entre los siglos XV y XIX y de la cantidad exacta de barcos que se perdieron, principalmente por las tormentas en los mares que dominaba España, porque lo de los piratas es más leyenda que otra cosa, concluye El País.

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