Dos científicos dieron a conocer el viernes un informe donde revelaron que el sonido supuestamente grabado por diplomáticos afectados por los "ataques acústicos" en La Habana es causado por un grillo cubano.
Alexander Stubbs, de la Universidad de California en Berkeley, y Fernando Montealegre, de la Universidad de Lincoln, examinaron la grabación, que fuera publicada por la agencia AP, y que habría sido identificada por alguna de las víctimas como el mismo sonido que les causó problemas de salud.
Su conclusión es que se trata de un sonido generado por el grillo de cola corta de las Indias (Anurogryllus celerinictus), que produce un chirrido constante y fuerte.
"Todo lo que puedo decir de forma definitiva es que la grabación de la AP es de un grillo", dijo Stubbs a The New York Times.
"Aunque desconcertantes, los misteriosos sonidos en Cuba no son físicamente peligrosos y no constituyen un ataque sonoro", estimaron los autores del estudio.
En el trabajo, publicado en el portal bioRxiv.org, un repositorio de acceso abierto para las ciencias biológicas, los autores agregaron que el audio de AP arroja una caída de frecuencia en pulsos individuales, firma acústica distintiva en la producción de sonido de los grillos.
Ante esa noticia, los medios oficiales cubanos salieron a celebrar la confirmación de su tesis de que todos los hechos en torno al caso, y que han sido la causa principal del retroceso en el acercamiento entre Washington y La Habana, son una falsedad.
El sitio Cubadebate apuntó que los términos "ataques acústicos" y "ataques sónicos" se emplearon en medios de EEUU "desde que comenzaron a difundirse noticias sobre el tema en agosto de 2017, y todavía suelen usarse pese a que tras casi dos años de investigaciones se desconocen las causas o responsables de lo sucedido."
Cubadebate cita a la agencia Prensa Latina, que recuerda que el Gobierno cubano y varias fuentes norteamericanas "han denunciado que la administración de Donald Trump politiza este asunto para complacer a un pequeño grupo de legisladores opuestos al acercamiento bilateral."
Sin embargo, The New York Times señala que el estudio que acaba de hacerse público no explica qué causó los daños neurológicos que padecen casi una veintena de diplomáticos estadounidenses que trabajaba en la misión de Washington en La Habana y de otro grupo de funcionarios canadienses, así como algunos de sus familiares.
Tanto Stubbs como Montealegre apuntaron que sus revelaciones no concluyen que los diplomáticos no fueron atacados; solamente demuestran que la grabación de AP no es de un arma sónica, como se había sugerido.
"Es completamente posible que hayan enfermado con otra cosa totalmente distinta a un ataque sónico, o que hayan sido atacados de otra manera", afirmó Stubbs.
Recién en diciembre de 2018, médicos de la escuela de medicina de la Universidad de Miami dieron a conocer un informe clínico sobre los sucesos.
Su conclusión fue: "Tenemos evidencia física de que algo sí sucedió allí", dijo el doctor Michael Hoffer, profesor de otorrinolaringología. Y reiteró: "Tenemos la evidencia. Esa gente sufrió anomalías. No sabemos aún a qué estuvieron expuestos, pero sabemos que algo les hizo sufrir esas anomalías", reportó EFE.
Asimismo, las conclusiones de los investigadores tampoco explican cómo es posible que Raúl Castro haya intentado explicar al embajador estadounidense en La Habana, a solo días de hechos públicos los primeros afectados, que su Gobierno no tenía nada que ver en ello.
Tampoco, las revelaciones hechas por la revista The New Yorker, según la cual Castro habría sugerido que un tercer país estaba detrás de los "ataques".