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Sociedad

Tres youtubers cubanos: los muchachos se divierten

La batalla que sostienen es convencer al 'cuentapropismo' de que no solo el Paquete puede atraer al público a sus negocios.

La Habana

Ahora mismo una buena parte de los youtubers cubanos se han revirado contra el Paquete. La plataforma de divulgación de contenido audiovisual más amplia de Cuba les cobra 10 CUC semanales por incluir en sus actualizaciones los vídeos que estos jóvenes realizan. Por si fuera poco, los gestores de las matrices paqueteras en La Habana insertan materiales promocionales en sus audiovisuales, sin que los youtubers cobren ni un centavo por ello. Esto ha motivado que parte de estos jóvenes decidieran actuar completamente por su cuenta.

Jhans Oscar asegura ser el único youtuber cubano que representa a la comunidad LGBTQI de la Isla. Este chico no teme colocar un polémico cartel en plena calzada habanera donde declara abiertamente su condición homosexual e invita a los transeúntes a que le den un abrazo. Las repercusiones en las redes motivaron hace algún tiempo, según él nos cuenta, llamadas de Telemundo y Univisión, así como el respeto y la admiración de quienes luchan por el reconocimiento del matrimonio igualitario, pues de cierta manera, Yan Oscar está ejerciendo el rol que hoy no se atreve a hacer el oficialismo en relación al tema, al menos con la intensidad que la cuestión amerita.

Mientras se prepara para estudiar en el Instituto Superior de Arte (ISA), prefiere continuar su activismo social en solitario ayudando a otros que, como él, deben enfrentar la discriminación por sus preferencias sexuales.

Por su parte, Adriano "Comepizza" apuesta a los temas cotidianos, centrados en sus propias experiencias personales. La crítica mordaz, inteligente, con una sutileza muy refinada y casi siempre con un tono humorístico, posibilitan que sus contenidos audiovisuales en YouTube sean tal vez los más seguidos. Aunque estudia Sistema de Información de la Salud, no esconde que su vida ahora está enfocada en dejar una impronta en las redes y aumentar cada vez más la popularidad en la comunidad de youtubers del mundo.

Mientras tanto, Dina Stars prefiere un abanico de temas de tendencias foráneas que emplea como divertimento. Para ella esto es esencial: "Nutrirse de tendencias te hace crecer en YouTube, es lo primero, hasta generar contenidos inéditos".

Ni Jhans, ni Adriano, ni Dina, temen ser tildados de banales. En la banalidad encuentran contenidos instructivos, aunque no descartan el abordaje de temas más complejos, que movilicen la conciencia colectiva.

Además del activismo de Jhans, Dina, por ejemplo, ha hecho público una experiencia oscura en su vida relacionada con un intento de violación. A partir de ahí nos cuenta que ha recibido mensajes de apoyo de jóvenes mujeres que sufrieron situaciones similares en el espacio público y doméstico, y casi siempre han sido silenciadas.

Pero estos tres youtubers cubanos, desde las escasas posibilidades que hoy les ofrece la precaria infraestructura de conectividad de la Isla, aspiran a convertirse en influencers en las redes sociales, y en parte ya lo están logrando. La batalla que ahora sostienen es convencer al "cuentapropismo" que no solo el Paquete puede atraer al público a sus negocios.

Crecer financieramente para hacer rentable su trabajo es la preocupación inmediata, pues subir sus contenidos a las redes requiere ahorrar mucho dinero, invertir en tarjetas de conexión cuyos precios están siempre por las nubes. Por eso el amor al arte no es siempre la brújula fundamental sino el trabajo para públicos diversos, incluso el sector privado, mediante el cual obtener su sustento diario. Es esta la única manera de lograr dividendos pues YouTube no les provee de remuneración por la visualización de sus vídeos.

No siempre estos jóvenes reproducen tendencias que tienen que ver con la realidad social cubana pues la mayoría del público que los consume son de EEUU, México y España. La heterogeneidad y preferencias en los consumidores de youtubers los obliga a camuflarse, estar al tanto de los altibajos culturales de esos países, y sobre todo, de la comunidad cubana en el exterior.

"Es muy difícil crear una tendencia siendo un don nadie", dice Dina, quien también comenta sobre la vulnerabilidad que sufren sus contenidos cuando son adulterados o reproducidos por otras plataformas, sin el consentimiento de ellos. De ahí que tener algún tipo de amparo legal sea también otra de sus preocupaciones inmediatas.

"En otros países, nos cuentan, los influencers con 10.000 seguidores no son nadie, aquí sí", afirman. Para ellos resulta un orgullo en una sociedad donde conectarse a la red de redes es casi siempre un dolor de cabeza y de bolsillo.

Preocupados por transmitir siempre un mensaje ético, estos tres jóvenes son considerados líderes de opinión por la capacidad y el talento con que activan a la comunidad virtual nacional.

Pronto los youtubers de la Isla tendrán visibilidad cinematográfica. El realizador Edgardo Pérez (Sangre cubana, 2018, y Malas intenciones, 2014), ha reunido un grupo amplio de youtubers para filmar su película Si te ríes, pierdes, con la asesoría de la Fundación Ludwig de Cuba y el actor Jorge Molina. El tráiler de este nuevo filme, ya en fase de posproducción, fue divulgado en la finalizada Semana de la Crítica Cinematográfica, y es de esperarse que muy pronto pueda estar en exhibición especial en la Muestra Joven del año próximo.

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