Con la llegada de alrededor de 430.000 turistas estadounidenses a Cuba hasta fines de septiembre, el número total de visitantes estadounidenses del país vecino se ha reducido en un 20%, una disminución considerable en comparación con 2017, revela Tourism Review News.
Para el medio especializado, quienes más han notado el decrecimiento han sido los dueños de negocios privados.
Especialistas creen que el menor número de viajes a la Isla desde EEUU podría explicarse por las restricciones impuestas por el Gobierno de Donald Trump desde que asumió la Casa Blanca.
El actual presidente estadounidense echó atrás algunas de las medidas promovidas por su antecesor que flexibilizaban el embargo. Trump limitó otra vez los viajes individuales en la categoría "pueblo a pueblo".
Asimismo, a raíz de los incidentes que afectaron la salud de al menos 26 diplomáticos en La Habana, Washington emitió alertas que habrían frenado los viajes.
Sin embargo, el medio destaca que, a pesar de "las limitaciones y obstáculos considerables", el interés en la Isla es todavía fuerte entre los turistas estadounidenses.
El medio pone de ejemplo que, aunque los viajes individuales se han reducido hasta el límite, los planes de las principales compañías de cruceros, que incluyen nuevos puertos cubanos, han seguido creciendo significativamente.
El sábado, durante la inauguración oficial del lujoso Hotel Grand Packard en La Habana, el ministro de Turismo de la Isla, Manuel Marrero, aseguró que el arribo de visitantes internacionales "experimenta una recuperación, lo que permitirá terminar el año alcanzando un nuevo récord en llegadas".
El Gobierno y los militares, que controlan buena parte de los negocios más rentables del turismo, planean llegar a unas 100.000 habitaciones para el 2030.
En Cuba hay actualmente unas 68.000 habitaciones en 366 hoteles —más de la mitad operados mediante 88 contratos con 20 cadenas internacionales—.
El turismo es la segunda fuente de ingresos del Gobierno cubano, por detrás de la venta de servicios profesionales al exterior, con una contribución del 10% al Producto Interior Bruto (PIB), según los datos oficiales.
Sin embargo, según reveló la consultora The Havana Consulting Group (THCG), especializada en analizar la economía cubana, la industria turística cubana sufre una combinación de "malas prácticas y un sinnúmero de problemas acumulados no resueltos".
A juicio de la consultora para cumplir con sus objetivos, el Gobierno cubano debería acometer una "profunda reforma" que implicaría la "descentralización" del negocio del turismo con la "incursión de empresas privadas que generen competencia" y aseguren una mayor calidad en los servicios.
Además, se requiere una inversión millonaria para "remodelar y dar mantenimiento a una buena parte de los hoteles" que llevan operando en el país más de 15 años, una "capacitación del personal de servicio y gerencia" y "mejorar el sistema de remuneración" de los empleados.