El Gobierno cubano volvió a calificar este lunes de "mentira" las informaciones sobre los misteriosos problemas de salud sufridos por funcionarios estadounidenses en la Isla, que Washington considera derivados de "ataques" deliberados.
Esta vez, Carlos Fernández de Cossío, jefe de la Dirección de Estados Unidos en la Cancillería cubana, rechazó la teoría presentada el fin de semana por The New York Times, según la cual médicos y científicos creen que armas no convencionales que funcionan con microondas podrían haber causado los síntomas y dolencias desconcertantes que, desde finales de 2016, han afectado a más de una veintena de diplomáticos estadounidenses y sus familiares en Cuba y China.
De acuerdo con la publicación estadounidense, el equipo médico que examinó a diplomáticos afectados en Cuba no mencionó las microondas en su informe publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) en marzo pasado.
Sin embargo, Douglas H. Smith, autor principal del estudio y director del Centro de Lesiones Cerebrales y Reparación de la Universidad de Pensilvania, dijo que las microondas se consideran ahora la principal "sospechosa" y que el equipo estaba cada vez más seguro de que los diplomáticos habían sufrido daño cerebral.
"No ha existido ni ataque ni acto deliberado contra ninguno de sus diplomáticos y el Departamento de Estado lo sabe", respondió al respecto Fernández de Cossío, al diario oficial Granma.
Recordó que Washington primero habló de ataques sónicos, luego de un virus y después de contusiones, pero que esas versiones no pudieron ser demostradas.
Consideró que la explicación de las microondas es una teoría "reciclada".
"Lo que sí se ha demostrado es lo que científicos de Cuba, Estados Unidos y otros países sostienen y que el Gobierno de la Isla está diciendo desde el principio, es que es falsa la existencia de ataques", insistió Fernández de Cossío.
Granma, órgano oficial del Partido Comunista, dijo que la teoría de las microondas es parte de la "agenda mediática para mantener a la opinión pública atenta a los polémicos y controversiales argumentos que se tejen una y otra vez sobre los supuestos 'incidentes' contra diplomáticos norteamericanos en La Habana". Se retoma "el hilo de esta mentira", dijo el diario.
Criticó de la mención de "vehículos que merodeaban las viviendas de los diplomáticos, desde los cuales 'tal vez' o 'posiblemente' se pudo haber emitido ondas que provocaran afectación cerebral". Las quejas de diplomáticos estadounidense sobre la vigilancia excesiva de la Inteligencia cubana son frecuentes.
El estudio sobre los incidentes en Cuba publicado por JAMA señaló una "fuente desconocida de energía" como posible causa de los problemas de salud de los funcionarios estadounidenses.
Además de las declaraciones sobre las "microondas" hechas por el investigador principal de ese estudio a The New York Times, en enero, James Lin, de la Universidad de Illinois, también había considerado factible esa posibilidad.
En un informe de Bio Electro Magnetics, se explicó que los rayos de alta intensidad podrían haberse dirigido "solo al objetivo deseado" desde un lugar oculto.
Se considera que Estados Unidos, Rusia, China y varios países europeos poseen los conocimientos para desarrollar un arma de microondas que debilite o mate a un objetivo, según el diario estadounidense.
El arma podría parecerse a una antena parabólica, escondida en un vehículo, embarcación o helicóptero.
"El uso del término ataque entraña una manipulación política deliberada que cumple con una agenda predeterminada y perjudica a ambos países", dijo Fernández de Cossío.
Luego del incidente, Washington redujo al mínimo las funciones de su embajada en La Habana y recomendó a sus ciudadanos reconsiderar sus viajes a la Isla.