La propaganda oficial llama a todos los cubanos a participar del "proceso electoral" y un sector de la población se siente más que dispuesto: los reclutas y la oficialidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, aunque en muchos casos por razones que nada tienen que ver con el interés en la política.
Para los jóvenes en el Servicio Militar, la jornada de elecciones constituye un momento idóneo para salir de las unidades. Ese día hacen gala de un enorme "compromiso con la Revolución", tal y como desean sus superiores.
"El día de las elecciones me pongo más rojo que la sangre", bromea Javier, un recluta. "La suerte es que esta gente quiere que uno sea revolucionario a la fuerza, y cuando pides que te den permiso para salir a votar, no se lo piensan dos veces. Hoy mismo estoy en la calle porque le dije al político de mi unidad que era muy importante votar en estas elecciones y toda la demás mierda que sale en la televisión. Me dio un par de horas, pero pienso hacer lo mismo que en las municipales: vuelvo a la unidad diciendo que la cola era enorme y que después se me presentó un problema".
Las FAR habilitan colegios electorales especiales en algunas unidades. En aquellas que no tienen, los oficiales dejan salir a los reclutas con tal de no dañar las estadísticas de votos del régimen.
"No tenemos colegio en mi unidad, pero de todas maneras nunca voté cuando era civil", dice Armando y espera que todo siga igual. "Si esta gente pone un puesto electoral, se cae el negocio de hacerse el patriota para que te dejen salir un momentico y ver un poco de calle", explica.
En cuanto a los oficiales de las Fuerzas Armadas, "la mayoría simplemente vota en sus lugares de residencia", dice un capitán.
"Los que son de otras partes del país viven en unas hoteleras (albergues) y allí sí se preparan colegios electorales. Generalmente, es un asunto muy controlado que todos los oficiales voten en las hoteleras. Se hace de completo uniforme y por pelotones. Aunque ponen mucho énfasis en que no se llegue marchando al local electoral y que no se mantengan en firme, para evitar que parezca que es obligado", añade.
Un oficial residente de una hotelera confirma el control riguroso. "Te caen arriba peor que en la calle, porque todavía en tu casa puedes decirle al que te busca que no quieres votar".
"Las hoteleras son al final como unidades militares, no puedes decir que no, nunca he visto a nadie hacerlo. Imagínate, es como decir que eres un traidor, te pueden hacer talco", señala.
"Así que la gente vota tranquilamente y con voto unido, que es el bueno, porque cuando cuenten tiene que salir que son una unidad muy revolucionaria para que no la vean como un foco de problemas".
Los cubanos fueron a las urnas el domingo a participar en el simulacro electoral del régimen, que terminará con el traspaso de poder dentro del castrismo.
En la práctica, debían ratificar a los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, ya que concurrían 605 aspirantes para igual número de escaños. También debían votar por 1.265 delgados provinciales.
Asamblea Nacional se instalará el próximo 19 de julio, cuando debe "elegir" al Consejo de Estado y al sucesor de Raúl Castro.