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Religión

Padre Castor José Álvarez sobre la carta a Raúl Castro: 'Sabemos que nos pueden jugar una mala pasada'

'La Unión Europea nos ha dejado atónitos al declarar que vivimos en una democracia de partido único', señala.

Madrid

El padre Castor José Álvarez Devesa, uno de los tres sacerdotes que en enero enviaron una carta a Raúl Castro pidiendo elecciones libres y denunciando el totalitarismo que impera en la Isla, dijo estar consciente que esa misiva puede jugarles "una mala pasada".

"No van a meternos presos o fusilarnos por la carta. Pero sabemos que nos pueden jugar una mala pasada. Puedes acabar muriendo de otra forma, en un accidente de coche o porque te enfermen. O acabar en la cárcel porque te pongan material pornográfico en casa y te juzguen por ello", dijo Álvarez Devesa en una entrevista con el semanario católico Alfa y Omega.

A propósito de la misiva, el párroco de Camagüey fue recibido a comienzos de febrero por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin.

"Fue muy amable, me sentí como un hijo con su padre. En el Vaticano tienen una visión universal, que a veces puede ser mayor que la nuestra", dijo al medio.

Agregó que querían que se escuchara, específicamente, una visión cercana de la realidad de Cuba en la sede pontificia, pero también en Europa.

"La Unión Europea nos ha dejado atónitos al declarar (en su informe anual sobre derechos humanos) que vivimos en una 'democracia de partido único'. No puedo sino pensar que esto se debe a intereses económicos. Y esto me preocupa muchísimo", añadió.

En opinión de Álvarez de Devesa, la posición de la jerarquía católica cubana ha sido "dejar hacer", como reflexionó en recientes declaraciones a DIARIO DE CUBA.

"No nos han puesto ningún impedimento" ni a enviar la carta a Raúl Castro ni a viajar al Vaticano para presentarla a la Secretaría de Estado. De hecho, "algún obispo nos dio luz verde. Otro obispo ha subrayado que en nuestra carta hay cantidad de cosas que ya estaban en un documento de la Conferencia Episcopal en 2013, La esperanza no defrauda", señaló.

El cura se refirió a los obstáculos para la construcción de nuevos templos como una de las limitaciones a la libertad de la Iglesia en la Isla, que también tiene dificultades para prestar atención religiosa a los presos o aparecer con normalidad en los medios de comunicación.

Asimismo, declaró que "normalmente en las misas hay gente vigilando" lo que dicen.

"Posiblemente, varias personas. Algún pobre al que ayudaba me ha dicho que la Seguridad del Estado le había enviado para espiarme", precisó.

En ocasiones, otros feligreses acuden a él con sospechas de que algún otro sea un confidente del régimen, o él mismo lo detecta. Por ejemplo, "si viene a la iglesia pero no trae a sus hijos a catequesis", citó.

Sobre estos presuntos espías, aseguró que intentan evangelizarlos.

"Si quien nos advierte es muy digno de confianza, intentamos no dar a esa persona sospechosa facilidades para acceder a información. Pero tampoco puedes caer en el prejuicio hacia ellos".

Por eso, aseguró que normalmente no toman más medidas, a no ser que los agentes del régimen empiecen a crear división o causar problemas por los que se les pueda recriminar "de forma objetiva".

"Tenemos que velar por la unión de la Iglesia, porque el diablo va a dividir, crear mal ambiente, desmoralizar al sacerdote, calumniar…", añadió.

"Lo nuestro es evangelizar, predicar el Evangelio con mucha fe, también a ellos, con la esperanza de que alcancen la verdad de Jesucristo", zanjó.

El sacerdote también habló con el medio sobre otros temas abordados en su misiva al general Raúl Castro que tocan la desprotección a los ancianos y la familia, la libertad de expresión y el miedo a hablar, el control estatal sobre los puestos de trabajo o el mercado negro y el robo.

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