Los asiduos a la internet gratis del estudio de Kcho, a la entrada del barrio marginal de Romerillo, en La Habana, no pueden disfrutar desde hace más de dos semanas de sus dos salas de navegación: la biblioteca y Google+Kcho.
La biblioteca posee cuatro máquinas y brinda internet gratis por media hora. En Google+Kcho son 18 máquinas y se puede navegar durante una hora entera, descargar fotos, vídeos y subir material audiovisual a Facebook y otros sitios.
Además de utilizar las salas, sentados en los alrededores de la instalación usuarios de todas las edades y lugares de La Habana se conectan gratis a la WiFi del "Kcho Estudio Romerillo. Laboratorio para el arte", nombre de la instalación de Alexis Leyva Machado (Kcho) inaugurada por Fidel Castro en enero de 2014 y que exhibe numerosas fotos del fallecido exgobernante.
Ofrecer conexión gratuita cuando el Gobierno cobra 1,50 CUC por la hora de acceso a internet desde los puntos WiFi públicos, ha hecho popular al sitio, de ahí la molestia de quienes en las últimas semanas se han encontrado con el cierre de las salas de navegación.
Un custodio de Kcho Estudio Romerillo interrogado al respecto dijo desconocer las causas del cierre. No parece ser por reparación pues la sala Google+ es nueva y las computadoras de la biblioteca fueron cambiadas recientemente.
El WiFi sigue funcionando, pero en los últimos días la cobertura es tan baja que las baterías de los celulares se agotan sin que los usuarios consigan conectarse a internet. Los internautas tienen que marcharse derrotados a sus municipios, Mantilla, Diez de Octubre, Marianao o el Reparto Eléctrico.
Ana, que vive en Lawton y habla por Imo con su novio extranjero, caminaba por la acera exterior de la instalación y pegaba el teléfono al muro, como si la conexión dependiera de la cercanía al concreto.
"Ayer fue lo mismo, perdí el día en esto, intentando conectarme. Al final se le acabo la batería al teléfono y tuve que irme".
Otro internauta que también estaba sin batería dijo que esperaban al informático "para ver si arreglaba eso". Debía llegar a las 9:00 de la mañana y eran las 10:00.
A las 11:00 nadie había podido conectarse y corrió el rumor de que el custodio se había arriesgado a reiniciar el servidor, pero no dio resultado, seguían sin conexión.
El custodio dijo, tal vez para deshacerse del público que lo molestaba, que el día anterior el informático había orientado la antena para la avenida que pasa a un costado. Todos corrieron allí. A la media hora nadie se había conectado y el grupo volvió a la puerta.
Varios estudiantes que se habían fugado de la escuela para ir al estudio de Kcho a bajar aplicaciones, protestaron airadamente.
"Verdad que ustedes son malagradecidos", les dijo el custodio. "Esta es la vivienda de Kcho, que la ha convertido en una ayuda comunitaria. Tenemos un ancho de banda bajo. Seguimos bloqueados. Y para colmo hace unos días, con la ventolera, se cayó un cable. Ustedes tienen que seguir intentándolo".
Una profesora de la Escuela Nacional de Arte, también con el celular sin batería, especuló que el internet gratis de Kcho va a ir desapareciendo poco a poco bajo diferentes pretextos, como el plan que ensaya el Gobierno de permitir el acceso a la red desde los hogares.
La instalación quedaría solo con su intención política: el museo con las fotos de Fidel Castro y el arte de Kcho, donde predominan los cruces y los botes.