Alrededor de 1.000 musulmanes se cuentan actualmente en la Isla, la mayoría estudiantes y trabajadores extranjeros, y otros cubanos descendientes o que han decidido convertirse al Islam, una religión con una comunidad joven en el país, según recoge un reportaje de la cadena Al Jazeera de la serie "My Cuba".
La entrega se enfoca en específico en la ciudad de Santa Clara, donde varios musulmanes viven y han aprovechado las tibias reformas de Raúl Castro para intentar emprender pequeños negocios privados.
Pone sobre la palestra las vicisitudes que afrontan quienes profesan el Islam en Cuba, y refleja la precariedad de las viviendas de muchas familias musulmanas en la localidad.
Cita el ejemplo de Hassan Jan, de 43 años, que vive en una casa en las afueras de la ciudad villaclareña, en el pasado grande y confortable, ahora dividida en cuatro viviendas pequeñas, y rodeada de bloques de apartamentos de estilo soviético "que dan una sensación de ahogamiento".
Jan, antes Froilán Pérez, pertenece a un pequeño pero creciente número de cubanos que se han convertido al Islam o, como ellos dicen, "aceptaron el Islam".
De acuerdo con el medio árabe, Jan trata de llevar adelante un pequeño negocio familiar de impresión de documentos. Él, como otros musulmanes en Santa Clara y otras regiones, han encontrado apoyo en los musulmanes extranjeros.
Arabia Saudita, por ejemplo, ha financiado laboratorios de idiomas tanto en La Habana como en Santiago de Cuba y en 2014 tuvo un stand en la Feria del Libro de La Habana, donde se distribuyeron textos de literatura sobre el Islam y copias del Corán en español.
El rey Abdullah de Arabia Saudita, que murió en enero del año pasado, patrocinó a cinco cubanos para que participaran en la peregrinación Hajj en 2014. "Es un sueño casi imposible para la mayoría de los musulmanes cubanos, que como empleados del Estado ganan alrededor de 20 dólares al mes", destaca el extenso reportaje.
También recoge el testimonio de Hajji Isa, anteriormente Jorge Elías Gil, otro cubano convertido, artista y exbibliotecario de la Unión Árabe de Cuba. Esta organización cultural con sede en La Habana es la que estima que hay unos 1.000 musulmanes cubanos, entre convertidos y descendientes de los inmigrantes musulmanes.
"Es una comunidad joven", dice. "Los musulmanes desde el exterior han sido y siguen siendo un factor determinante en la creación y desarrollo de las comunidades cubanas... estudiantes musulmanes de África subsahariana, occidental, Yemen, Palestina y otros países árabes fueron una gran influencia en la década de 1990, y más tarde muchos de Pakistán", declaró a Al Jazeera.
El medio árabe hace referencia a las pequeñas comunidades musulmanas que en la toda la Isla conviven con características disímiles entre ellas.
Mientras el número de musulmanes convertidos crece, las personas son cada vez más conscientes del Islam como una religión que también es practicada por los cubanos, a pesar de ser un país en que priman la religión católica y la santería.
Las pequeñas empresas, tales como las de Hassan o la de Jorge Miguel García (Khaled) que gestiona una cafetería en Santiago de Cuba, ayudan a que más cubanos entren en contacto con los musulmanes y también a apoyar el crecimiento de la comunidad.
Según el reportaje, uno de los problemas que enfrentan, además de la incomprensión social, es la alimentación. El ron o alimentos como el cerdo son tabú para esta religión. Son la bebida y el plato más al alcance de todos en la Isla aquejada por una permanente crisis en el abastecimiento familiar.