En estos días han aparecido varias canciones humorísticas y chistes en torno al presidente Obama, que se relacionan, sobre todo, con las esperanzas o el escepticismo que su visita despierta en la gente y con la crispada reacción del Gobierno cubano, que, como siempre, quiere las ganancias pero no los costos, y no disfruta nada tanto entusiasmo y tanta bandera americana.
Ya desde antes, Barack Obama había despertado la imaginería popular y hasta la artística, como ocurrió durante la pasada Bienal de La Habana —la Bienal del Deshielo, la primera tras la reanudación de las relaciones Cuba y EEUU—, cuando el artista René Francisco Rodríguez, tras soñar una visita de Obama a La Habana, concibió una performance que llevó a cabo entonces: un doble del presidente, hablando en inglés, vestido de traje y corbata, se paseó por la Habana Vieja ante la sorpresa de cubanos y turistas.
El personaje entró en la galería de arte Factoría Habana y en el bar O'Reilly 304, donde se tomó un mojito, mientras todos lo miraban asombrados y le tomaban fotos. Luego, René Francisco exhibió la filmación de la acción artística en su exposición Entropía, también en el marco de la Bienal. Su sueño, y el de muchos otros, se hace realidad ahora.
Pero mucho antes, justamente el 22 de octubre de 2008, en un blog cubano con el enfático nombre Sagua en Muerto ¡Auxilio!, se publicó un texto pasmoso, que un amigo me remitió desde el extranjero: "Posible presidente sagüero". En él se afirmaba que era una "investigación en progreso", pero posteriormente me resultó imposible hallar otras actualizaciones de Sagua en Muerto, que al parecer desapareció sin dejar más rastros.
Aparte del texto al que me refiero, dedicado, claro está, al presidente norteamericano, había una breve nota, "OB-BO", donde se relacionaba a Oscar (Elías) Biscet —el opositor cubano— con Barack Obama, haciendo referencia a que ambos eran afrodescendientes y habían pedido cambios para sus respectivas naciones, pero, mientras uno fue elegido presidente en Estados Unidos, el otro fue condenado a prisión en Cuba.
Los pocos y elusivos datos que se hacían constar de Pepe Beltrán, firmante del post, eran: "nivel escolar, universitario; profesión, desempleado por perseguido político; dirección, Sagua La Grande, Villa Clara, Cuba. Otros reporteros de este blog son anónimos con el objetivo de "durar, al menos, un mes más".
El escrito en cuestión esbozaba una suposición insólita. Partía de un presupuesto indudable: "La posibilidad de que Barack Obama sea el próximo presidente de los Estados Unidos ha aumentado la curiosidad sobre su origen y su familia". Este asunto no llama mucho la atención ahora, pero en 2008 sí era algo de gran relevancia, por todo lo que sabemos sobre el origen y ascendencia del político nacido en Hawai, que para muchos eran un tema muy controversial, empezando por su segundo nombre, Hussein.
Pero el autor de "Posible presidente sagüero" se lanza hacia un territorio inesperado. Asegurando que la madre del Obama, Ann Durham, simpatizaba con las ideas socialistas —"como la mayoría de los hippies de la época"—, cuenta que a los 18 años, en 1960, "viajó a Cuba con un grupo de apoyo a la revolución" y que, durante su estancia en la Isla, "estuvo involucrada en trabajos voluntarios, viviendo en una comuna en la zona central de la isla".
Aquí es donde la historia cobra un franco carácter de cuento de las Mil y una noches o, mejor, de telenovela, pues el redactor nos hace saber, muy campante, que en esa comuna la joven Ann trabó relación con un muchacho llamado Francisco Cundo, natural de Sagua la Grande. El redactor del texto no esconde una moral que los hippies —que en verdad todavía no existían en 1960— y toda la cultura posterior habrían de considerar, cuando menos, conservadora, pues acusa a la futura antropóloga y a sus compañeros de comuna de tener "ideas sexuales promiscuas", aunque Francisco Cundo, por alguna razón que no expone, siempre fue el favorito de Ann.
Cuando ella finalmente salió de Cuba, en diciembre de ese mismo año, según nos cuenta Pepe Beltrán, tenía dos meses de embarazo. En definitiva, Ann regresó a Honolulu, donde vivían sus padres, reanudó sus estudios en la Universidad de Hawai, en Manoa, y allí conoció a Barack Obama, padre, con quien contrajo matrimonio en febrero de 1961. "En su libro The audacity of Hope —continúa en su escrito Beltrán—, Obama dice que su madre tenía cuatro meses de embarazo cuando se casó con su padre. Si seguimos la cronología de los hechos, se puede comprobar que el padre del hijo de Ann es Francisco Cundo, no Barack Obama Sr".
En fin, según el autor de ese texto de octubre de 2008, si Obama resultara presidente, se convertiría en un oficial federal electo de origen cubano con raíces en el pueblo de Sagua La Grande. Y ahora, casi ocho años más tarde, se convertiría también en la primera persona de origen cubano que podría decirle a un Castro, supuestamente, más de lo que quisiera oír sin pagarlo caro.
Aunque cualquiera sabe que el presidente norteamericano no va a declarar nada del otro mundo, de todos modos su sola presencia es ya "un tantico así" del imperialismo y nuestros ultramontanos del siglo XXI, buscando solución grande para gran problema, se han hecho traer un enorme supositorio inmunizante, que además ha sido declarado por el propio Obama una especial amenaza: Nicolás Maduro: mejor, imposible.
Podemos preguntarnos, como en los buenos culebrones, si Obama sabe sus truculentos orígenes hippie-sagüeros. ¿Vive todavía Francisco Cundo? ¿Tratará de ver, si es que ve, a su célebre hijo? ¿No será esa, por cierto, la causa secreta de la prisa que se ha dado el presidente por venir a Cuba? ¿Se desvela así el núcleo más secreto de esta compleja trama que desde hace decenas de meses nos tiene tan confusos?