Encontrar juguetes en el centro de Cuba constituye un verdadero reto. Los altos precios y la baja calidad de las escasas opciones existentes en las llamadas Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) no animan a los niños ni a sus padres.
"Qué juguetes más feos y qué caros están, no hay quien les meta el diente. He recorrido la mayoría de las tiendas y no he visto ni una pelota, que es lo que quieren mis hijos", dijo Gladis Gómez, vecina del reparto Caracatey, en Santa Clara.
Al preguntarle al pequeño Luisito, de cinco años de edad, que salía con su padre de la tienda Variedades Siboney, en el Boulevard santaclareño, por qué estaba afligido, respondió: "Yo quería la ametralladora y mi papá no me la compró".
"La escopetica que tu querías costaba casi 30 pesos (convertibles, CUC) y papá no tiene ese dinero", le dijo su padre, Luis Alfredo Domínguez.
"Imagínese, periodista, ni con el salario de dos meses le puedo dar ese gusto a mi hijo. No se quién le pone esos precios a los juguetes, ¿pensarán que en este país viven personas ricas?", se quejó Domínguez.
La mayoría de los juguetes que se comercialización en las TRD son importados, principalmente de China.
Interrogado por teléfono sobre la escasez de juguetes, la poca variedad y el elevado costo, un funcionario del Departamento Comercial de la División Centro de la Cadena TRD Caribe, dijo que los precios "vienen de La Habana".
"Nosotros no podemos cambiarlos", añadió. "Comercializamos los productos que nos llegan con la mayor agilidad posible y, con respecto a los juguetes, como no son productos priorizados, demoran en entrar", explicó.
"Es verdad que desde hace unos meses están escasos, pero pronto entrarán y se podrá satisfacer la demanda", aseguró el empleado.
La poca oferta y los precios imposibles para la mayoría de los bolsillos no son un problema exclusivo de Villa Clara. Muchas TRD de la ciudad de Sancti Spíritus, capital de la provincia de igual nombre, muestran el mismo panorama, según se pudo comprobar en un recorrido por tiendas como La Principal, La Fragancia, La Época, La Habanera, El Triunfo y La Colonia.
"Ya revisé casi todas las tiendas y aún no he encontrado un solo juguete que sirva. Incluso ni los que cuestan 15 o 20 CUC, cuando los encuentras, tienen una calidad acorde a esos precios. Yo no sé cuál es el problema, pero no hay juguetes", dijo Jacinto Cepeda, un papá de 36 años residente en la capital espirituana.
Al preguntarle sobre lo que sucede con los juguetes, Zenia Polanco Reyes, dependienta en una de las TRD, afirmó: "Sinceramente, no sé qué pasa. Lo mío es vender lo que traen y, como ese producto no me interesa, no me preocupa si entra o no".
Bárbara Ventura, una mamá de 45 años, resaltó por su parte que los productos disponibles "no motivan a los niños a jugar con ellos".
El juego es una actividad natural de todo niño y niña, ya que brinda "diversas oportunidades de aprender y desarrollarse tanto física como mental y socialmente", dijo la psicóloga Silvia Gómez, doctora en el Hospital Pediátrico José Luis Miranda, de Santa Clara.
"Jugar es el principal trabajo del infante", señaló. "Cuando un niño empuja un carrito, fortalece sus habilidades motoras. Al patear un balón o al andar en bicicleta mejora su equilibrio. Y cuando construye con bloques o dibuja aprende a controlar sus movimientos de forma precisa", ejemplificó.