La organización Human Rights Watch (HRW) denunció este viernes "graves abusos" del Gobierno de Nicaragua en las protestas de los últimos diez días y pidió al presidente Daniel Ortega que autorice una investigación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), reporta EFE.
"El Gobierno nicaragüense habría cometido graves abusos contra manifestantes e impedido de forma arbitraria la transmisión de medios de comunicación que daban cobertura a las protestas recientes", indicó HRW en un informe.
Entre el 20 y el 25 de abril, la organización entrevistó a 22 personas por teléfono, incluidos miembros de entidades no gubernamentales, periodistas, estudiantes que participaron en las protestas, miembros del clero, un integrante de una asociación de abogados y un representante de la Cruz Roja nicaragüense.
Testigos y víctimas aseguraron a HRW que agentes de la policía antidisturbios dispararon balas de goma y gases lacrimógenos contra personas que se manifestaban de forma pacífica en las calles.
Human Rights Watch también recibió "denuncias creíbles aludiendo a que simpatizantes del Gobierno dispersaron manifestaciones pacíficas propinando golpes y patadas, y usando tubos y palos para golpear a manifestantes y periodistas que daban cobertura a las protestas".
"Las personas que cometan actos violentos deben rendir cuentas ante tribunales independientes, pero también deben ser investigados los policías que hayan empleado fuerza excesiva contra manifestantes", señaló José Miguel Vivanco, director para América de Human Rights Watch.
"No hay ninguna excusa que justifique sacar del aire a medios que informan sobre las protestas, ni permitir que grupos oficialistas agredan impunemente a periodistas y manifestantes", agregó.
En este contexto, HRW consideró que los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) deberían exhortar a Ortega a que permita que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visite el país para investigar la situación.
La CIDH, órgano autónomo de la OEA, condenó el martes las muertes en las protestas, que ya se cifran en al menos 38, y anunció que pediría la autorización de Ortega para hacer una visita de trabajo en el país.
Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, además de los muertos, unas 48 personas están desaparecidas. Por su parte, la Comisión Permanente de Derechos Humanos incrementa la cifra de fallecidos hasta 63.
"Los estados miembros de la OEA deberían convocar con urgencia una sesión del Consejo Permanente con el fin de presionar al presidente Ortega para que permita que la CIDH visite el país y cuente con una cooperación plena por parte del gobierno", opinó Vivanco.
En una declaración conjunta el pasado domingo, los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y Perú —todos miembros de la OEA— instaron a las fuerzas de seguridad de Nicaragua a "evitar el excesivo uso de la fuerza" y expresaron su "solidaridad" con las víctimas.
"Los líderes de la región hicieron lo correcto al expresar solidaridad con las víctimas en Nicaragua, pero pueden y deben hacer mucho más", señaló Vivanco.
La OEA no tiene prevista ninguna reunión sobre Nicaragua, dijeron a EFE fuentes diplomáticas, pero sí ha convocado una sesión extraordinaria sobre la situación en Venezuela para el próximo lunes.
Este viernes, manifestantes encendieron centenares de velas en Nicaragua para pedir justicia por los muertos en las protestas y exigir al presidente Daniel Ortega y a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, que dejen el poder.
Los denominados "Auto Convocados" se reunieron en las afueras del edificio de la Universidad Centroamericana (UCA), en Managua, para marchar más de dos kilómetros hasta la salida sur de la capital.
Conductores de vehículos que pasaban por el lugar sonaban las bocinas o levantaban las manos en señal de apoyo al centenar de manifestantes.
Donde estaban dos árboles de la vida, que en días anteriores fueron cortados, derribados e incendiados por los mismos manifestantes, fueron colocados altares con imágenes religiosas para que las personas pudieran hacer sus plegarias, colocar velas o flores.
Asimismo, se colocaron cruces con un lazo negro por cada estudiante fallecido la semana pasada en las protestas violentas.
Las protestas comenzaron el pasado 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social que aumentaba la cotización de los trabajadores y de las empresas, y obligaba a los jubilados a aportar un cinco por ciento de la pensión en concepto de cobertura de enfermedades, entre otros cambios.
Ortega reconoció el pasado domingo, día que derogó esas reformas, que esas medidas sirvieron como "detonante para que se iniciara esta situación".
A pesar de que los enfrentamientos disminuyeron el lunes pasado, ahora la población continúa exigiendo en las calles, de forma pacífica, la renuncia de Ortega y Murillo porque los consideran represivos, corruptos, violadores de los derechos humanos y de las libertades públicas.