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Economía

El Gobierno la ataca, los economistas la defienden: estrategia privada ante el tope de precios

Lo que es 'violación' para las autoridades cubanas, es una 'sencilla y bella innovación' para expertos en el tema.

La Habana

Establecimientos privados en La Habana han hallado una estrategia para sortear el tope de precios decretado por el Gobierno, que presentó como una medida para evitar la inflación y para acompañar el reciente incremento salarial en el sector presupuestado estatal.

Lo que ha despertado admiración en expertos cubanos en temas de economía dentro y fuera de la Isla, ha sido de inmediato atacado por las autoridades de la Isla y en redes oficiales por medios e individuos afines a las políticas estatales.

El joven economista Óscar Fernández se hizo eco de la estrategia de venta en cuestión, un combo que ofrece refresco nacional con confitura por 1CUC o 25CUP y otro que oferta cerveza nacional con vianda frita por 2CUC o 50CUP

"A ver si se entiende con este ejemplo: El Estado decreta el precio al que el sector privado puede vender la cerveza. Pues bien. He aquí estos "combos" de la foto. Sencilla y bella innovación de un bar privado cualquiera en La Habana, para evadir legalmente la norma", escribió Fernández en su perfil de Facebook.

Para el joven economista, al final han sido "tiempo, esfuerzo y presupuesto desperdiciado".

"Que los precios de la cerveza de bares (no solo de los privados), se ubiquen por encima de los 2CUC solo es un fiel reflejo de una terca inequidad: hay un sector de la población que la puede pagar a ese precio. Ese hecho objetivo no va a cambiar porque fijemos el precio final o intentemos racionar la venta en las TRD. Esa demanda encontrará su oferta así sea bajo tierra y no habrá ejército de inspectores que lo impida", explicó.

"El mercado es como un río. No lo puedes atrapar con las manos por fuerte y grande que te sientas. La única opción es encauzarlo", planteó.

La imagen compartida por Fernández y el título de su post fueron replicados por la revista oficial La Calle en su cuenta en la red social Twitter, donde la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weis, vertió sus ataques contra lo que identificó como "violación" a la regulación de su Gobierno y llamó a delatar a los ejecutores de los "artificios".

"No se deben admitir artificios para evadir las regulaciones de precios. El MFP y los Consejos de la Administración (CAP) agradecen que en las quejas y denuncias se precisen los lugares, días y horas de las violaciones para que la actuación pueda ser inmediata y efectiva", escribió Bolaños.

Ya la ministra había anunciado la creación de un Observatorio de Precios para "el monitoreo constante de cómo se comportan los precios".

En una respuesta a la ministra, el economista Pedro Monreal pidió a la funcionaria detalles de qué parte exactamente de lo dispuesto por el CAP se había violado en ese listado.

"Los topes se establecen de manera taxativa, o sea, circunscribe el tope a determinadas circunstancias de un producto específico (origen y marca). Una posible lección de esto es que, si se desea regular un mercado con edictos muy detallados, entonces debe existir capacidad para emitir edictos detallados sucesivos que se adapten a la dinámica del mercado, lo cual sería cualquier cosa menos utilizar métodos económicos", añadió Monreal.

Para Gabriel A Lopez, lo que han diseñado los negocios privados "se llama diversificación".

"Es un producto distinto. Artimaña suena a engaño. ¿Fue esa la intención? Sí, sí, por favor: no falte el respeto", añadió de forma irónica en respuesta a la revista y la funcionaria.

Para Monreal, "el problema con la cerveza es la poca oferta" y ejemplificó con datos que la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI) ha publicado con "los indicadores seleccionados de la industria en Cuba, actualizados hasta 2018".

"La producción de cerveza prácticamente no ha crecido desde 2011, la de refrescos ha crecido muy poco. Ambas cayeron en 2018", añadió en otro tuit.

"Anteriormente me he referido a dos cosas sobre el precio de la cerveza: primero, no es racional ponerle un tope al precio de algo que no es un producto básico; en segundo lugar, ese tope significa subsidiar el consumo de alcohol, algo que contradice políticas de salud", sostuvo el economista.

"Cuando se debate sobre precios —tema complejo y multifactorial— siempre es necesario simplificar la discusión y creo que la cerveza facilita esa simplificación. Creo que es por eso que se usa tanto ese producto para hacer el debate", argumentó.

Ante el desabastecimiento generalizado que golpeó recientemente a la Isla, los precios se dispararon. Una libra de carne de cerdo llegó a costar entre 70 y 80CUP. Enormes colas se desencadenaron en las tiendas en CUC cuando las abastecían de productos muy elementales.

Uno de los chivos expiatorios favoritos del Gobierno cubano ante los períodos de escasez han sido tradicionalmente los vendedores privados, a quienes la prensa oficial acusa de la carestía sin señalar al propio tiempo la ineficacia de un sistema económico incapaz de sostener en el tiempo las ofertas de productos y servicios.

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