El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, anunció este martes la creación de un grupo de trabajo para analizar "los incidentes de salud inexplicados" que han afectado al menos a 24 de sus funcionarios destinados en Cuba entre 2016 y 2017 y que fueron calificados previamente como supuestos "ataques acústicos", reportó EFE.
Pompeo explicó en un comunicado que "el Grupo de Trabajo de Respuesta a los Incidentes de Salud funciona como un órgano de coordinación de actividades del departamento y diversas agencias".
Dichas actividades incluyen la identificación y el tratamiento de los funcionarios afectados y sus familiares, la investigación y la mitigación del riesgo, la comunicación y la participación diplomática.
Entre las agencias estadounidense involucradas figuran los departamentos de Salud, Comercio, Energía, Justicia y Defensa, así como miembros de la comunidad de asuntos exteriores.
Pompeo agregó que hasta ahora hay 24 funcionarios y familiares estadounidenses que estuvieron destinados en Cuba y que han sido "confirmados médicamente con síntomas similares a los descritos tras sufrir conmociones o daños cerebrales menores".
A ellos se suma el caso de otro funcionario de EEUU en China que informó de una situación parecida el 16 de mayo.
"La naturaleza precisa de las lesiones sufridas por el personal afectado y si existe una causa común para todos los casos no han sido aún establecidos", remarcó Pompeo.
Aunque el Gobierno de Cuba no ha encontrado pruebas de los supuestos ataques y niega saber algo al respecto, EEUU tomó la medida de dejar su embajada en La Habana bajo mínimos y expulsar de Washington a 17 funcionarios de la legación cubana.
Las relaciones de EEUU y Cuba pasan por un momento muy delicado porque Washington acusa a La Habana de saber quién perpetró entre noviembre 2016 y agosto de 2017 las supuestas agresiones a sus funcionarios y familiares y no decírselo, además de no haberlos protegido adecuadamente.
Durante meses, Washington calificó esos ataques de "sónicos", pero en una audiencia en el Senado el pasado 9 de enero el Departamento de Estado dijo por primera vez que no tenía la certeza de que se tratara de agresiones acústicas.
Aparte de los funcionarios, el Departamento de Estado ha informado de que diecinueve estadounidenses que visitaron Cuba como turistas han presentado desde septiembre síntomas similares: problemas de sueño, dolor de cabeza, náuseas y pérdida de audición.
El régimen de La Habana ha negado rotundamente ser responsable de los ataques e incluso ha cuestionado que estos hayan ocurrido. Acusa a la Administración de Donald Trump de haber usado los misteriosos ataques como un arma política para restringir el flujo de cubanos que llegan a EEUU.