El Gobierno cubano se quejó el viernes de que "los primeros efectos adversos" del cambio de política de EEUU hacia La Habana "ya se hacen sentir". Dijo además que quiere continuar el diálogo y la cooperación con Washington sin los que considera "imposiciones ni condicionamientos".
Durante la clausura de un seminario sobre las relaciones Cuba-EEUU, Josefina Vidal, directora general para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores, defendió que el régimen "ha dado pasos concretos para mantener una relación civilizada y mutuamente beneficiosa".
En un discurso que recoge la página oficial de la Cancillería, Vidal lamentó que "no se autorizaron por el Departamento de Estado los viajes de funcionarios del Servicio Geológico de EEUU y del Centro de Control de las Enfermedades para participar en eventos científicos y de expertos en Cuba".
La funcionaria mencionó que "se postergó un encuentro técnico sobre agricultura acordado inicialmente para septiembre; se ha paralizado la cooperación en materia de salud; no se han concretado las acciones de cooperación sobre medioambiente, con excepción de algunas expediciones científicas; y se pospusieron y reprogramaron para Washington las reuniones originalmente previstas en La Habana, de la Comisión Bilateral, la ronda migratoria y varios grupos de trabajo del Diálogo de Aplicación y Cumplimiento de la Ley".
"Muchos cubanos se han visto imposibilitados de asistir a eventos culturales, deportivos, científicos y académicos en EEUU, al no poder recibir sus visas en La Habana, y se han cancelado las visitas de decenas de grupos estadounidenses, incluyendo de estudiantes universitarios", añadió.
Después de que salieran a la luz los misteriosos "ataques acústicos" que afectaron la salud de al menos 24 diplomáticos estadounidenses en La Habana, la Administración Trump expulsó a 15 diplomáticos cubanos de Washington. También redujo drásticamente la presencia diplomática estadounidense en la Isla y suspendió los trámites consulares.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo en un comunicado que la expulsión fue el resultado de "la falta de Cuba de tomar medidas apropiadas para proteger a los diplomáticos" y para "garantizar la equidad en las respectivas operaciones diplomáticas".
Vidal admitió que "los viajes de estadounidenses a Cuba aún muestran un incremento significativo entre enero y noviembre de 2017".
En los once primeros meses de 2017 la Isla recibió a 965.676 visitantes de EEUU (386.388 de cubanos residentes en EEUU), para un 189,7% de crecimiento, según cifras que la propia funcionaria recordó.
Dijo, sin embargo, que "en las últimas semanas se aprecia una disminución notable del ritmo de crecimiento" por el "impacto combinado" de la que calificó "insólita advertencia del Departamento de Estado y las medidas del gobierno contra los viajes".
En noviembre, Washington emitió nuevas restricciones que vetan los negocios con entidades vinculadas a los militares y pusieron coto a los viajes individuales a la Isla en la categoría "pueblo a pueblo" promovidos por la Administración anterior.
Tales medidas "generan confusión en cuanto a lo que está o no permitido, tienen un efecto intimidatorio y disuasorio y confirman el serio retroceso que ha tenido lugar en los vínculos entre ambos países", arguyó Vidal.
En opinión de la diplomática, "todos estos pasos han sido acompañados de reiterados pronunciamientos irrespetuosos y ofensivos hacia Cuba del presidente (Donald) Trump (...)". Consideró que "retoman la retórica hostil de los periodos de mayor confrontación, añadiendo un componente negativo adicional que enrarece el clima bilateral".
Vidal defendió que al contrario de la actual Administración estadounidense, su Gobierno "ha dado pasos concretos" para seguir avanzando en la relación con su vecino.
Puso como ejemplo "siete planes para la implementación de los memorandos de entendimiento suscritos para la cooperación en materia de hidrografía y geodesia, áreas terrestres protegidas, sismología, meteorología, control del cáncer, sanidad animal y vegetal y hermanamientos de parques nacionales".
Dijo que La Habana reiteró propuestas para la cooperación bilateral en la lucha contra la trata de personas, el terrorismo y el fraude migratorio, así como el lavado de activos, entre otros temas, junto con planes de colaboración en las esferas científica y de la propiedad industrial.
"Estamos a la espera de las respuestas", aseguró Vidal.
Sin embargo, el régimen se niega a extraditar a varios fugitivos que reclama la Justicia de EEUU. También a recibir a algunos cubanos deportados.
Por otra parte, la diplomática celebró "la fuerte oposición de miembros del Congreso de ambos partidos y de numerosos sectores" dentro de EEUU. A ello atribuyó que "el retroceso en las relaciones no ha sido mayor".
"Según se ha publicado, esto fue lo que hizo posible que la directiva de política anunciada por el presidente Trump, preservara en su texto la cooperación con Cuba en temas de interés mutuo y mantuviera sin cambios otras de las regulaciones promulgadas en época del presidente Obama para modificar la aplicación de algunos aspectos" del embargo, dijo.
El próximo domingo se cumplen tres años del anuncio del restablecimiento de las relaciones entre Washington y La Habana, un cambio de política impulsado por el entonces presidente Barack Obama y que su sucesor, Donald Trump, ha decidido revertir, hasta ahora de forma parcial.