La industria petrolera de Venezuela está en ruinas pero, según las denuncias de trabajadores del sector, sigue el envío de petróleo y productos refinados a Cuba a pesar de las sanciones que impuso EEUU este año a este tipo de transacciones.
Iván Freites, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos, estima que cada día terminan saliendo de contrabando unos 100.000 barriles de petróleo y derivados, y en su mayoría son enviados a la Isla por decisión del Gobierno de Nicolás Maduro.
Freites, entrevistado por El Nacional desde Caracas, confirmó que estos miles de barriles salen del Complejo de Refinación de Paraguaná (CRP), en el estado Falcón, al noroeste de Venezuela.
"La producción de las refinerías cayó a cero (…) Todos los días salen cargamentos, sobre todo del CRP, con 57.000 barriles de productos refinados: gasolina, nafta y gasoil. Además, también existe un promedio de 40.000 barriles diarios destinados al contrabando. Es decir, casi 100.000 barriles diarios se van en contrabando para Cuba. De ahí la importancia de recuperar la independencia nacional, para que estos males no sigan ocurriendo en Venezuela", afirmó Freites.
La actual producción petrolera de Venezuela se sitúa en torno a los 700.000 barriles diarios. Cuando Hugo Chávez llegó al poder, en febrero de 1999, el país producía 3,1 millones de barriles y era autosuficiente en derivados del petróleo. Ahora estos se importan, ya que la poca producción nacional se envía a Cuba, según la denuncia de Freites.
De acuerdo con el dirigente sindical, en la refinería de Amuay, que forma parte del CRP, escasamente se procesan 120.000 barriles diarios. En 1998 allí mismo se procesaban 1,3 millones de barriles de crudo cada día.
Una serie de trabajos publicados por DIARIO DE CUBA dan cuenta de cómo los regímenes de Cuba y Venezuela se han organizado para evadir las sanciones de Washington, que buscan restringir el ingreso de combustibles venezolanos a la Isla.
En mayo pasado, por ejemplo, Petróleos de Venezuela (PDVSA) cuadriplicó sus exportaciones a Cuba, en comparación con el mes de abril.
Asimismo, se usan tanqueros con bandera panameña, de fachada, para continuar con el envío de crudo que resulta vital para Cuba. Paradójicamente este suministro no se detiene pese a la situación crítica que se vive dentro de Venezuela, con largas colas para surtir combustible y una exhausta industria petrolera.
En marzo pasado, el propio Iván Freites denunció que los trabajadores petroleros venezolanos eran amenazados con cárcel para obligarlos a surtir de combustible a los cargueros que tenían por destino a Cuba.