Varios años tardó la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en admitir las dimensiones de la crisis alimentaria en Venezuela. Ahora que ya el organismo multilateral ajustó su mirada, expertos le urgen desde el terreno a que tome acciones concretas para combatir el hambre que agobia a los venezolanos.
El director saliente de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, quedó en una posición incómoda ante la crisis venezolana, en primer término por otorgar en 2014 un reconocimiento a Nicolás Maduro por "progresos notables y excepcionales en la lucha contra el hambre". Luego se produjo un inexplicable silencio en la agencia especializada de la ONU ante la crisis que se iba gestando en Venezuela bajo el chavismo.
A cuatro días de dejar el cargo, hecho que ocurrió este 31 de julio, Da Silva reconoció la envergadura de la crisis alimentaria en Venezuela, pero excusó de responsabilidad a Maduro y aseveró que "el bloqueo estadounidense" había generado hambre en el país sudamericano.
En 2014 "un grupo de estudiosos del tema alimentario y de organizaciones de la sociedad civil en Venezuela nos acercamos a la FAO para advertirles sobre lo desafortunado" del premio a Maduro, "ya que habían evidencias de problemas alimentarios entre los venezolanos más pobres", asegura a DIARIO DE CUBA la médico nutrióloga Marianella Herrera, directora del Observatorio Venezolano de la Salud.
Herrera considera que, en cambio, el informe 2019 de la FAO termina siendo muy contundente. La subalimentación en este país sudamericano se multiplicó casi cuatro veces, pasando de 6,4% en 2012-2014 a 21,2% en 2016-2018. Da Silva cifra entre seis y ocho millones las personas afectadas.
"Además, la FAO refleja un problema de inseguridad alimentaria, dificultades en el acceso a los alimentos por el elevado costo. En Venezuela puedes encontrar alimentos en los anaqueles de supermercados, pero la mayoría de la población no puede comprarlos", sostiene Herrera.
El reporte de la FAO termina admitiendo que Venezuela es el país con mayores problemas en toda Sudamérica. La región en su totalidad se ve afectada en su meta de hambre cero por la crisis venezolana.
A juicio de Herrera, hecho el reconocimiento de la grave situación, el paso siguiente para la FAO como para otras agencias de la ONU es una respuesta coordinada con acciones específicas.
"Ya no se puede tapar el sol con un dedo", indica la nutrióloga, quien también recuerda que la subalimentación e inseguridad alimentaria en Venezuela fueron incluidos en el reciente informe de Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
No anunció la FAO qué acciones se tomará desde esa instancia para contribuir a paliar el sufrimiento de millones de venezolanos en situación de hambre.
Sin embargo, este 31 de julio arribó a Venezuela un segundo cargamento de ayuda humanitaria canalizada por la Cruz Roja Internacional.
El cargamento, procedente de Italia, está conformado por 34 toneladas de medicamentos y otros insumos de salud.