El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sometido a una fuerte presión internacional, denunció este miércoles un supuesto plan de Estados Unidos para derrocarlo e incluso asesinarlo, que involucra a los gobiernos de los vecinos Brasil y Colombia.
"Nos ha llegado buena información (...), John Bolton (asesor de Seguridad Nacional estadounidense) desesperado asignando misiones para provocaciones militares en la frontera", dijo Maduro, señalando que esas instrucciones fueron giradas al electo mandatario brasileño, Jair Bolsonaro.
El presidente venezolano ya había denunciado el domingo último que Washington puso en marcha un plan para darle un golpe de Estado con apoyo de Colombia, pero en esa oportunidad no mencionó a Brasil.
Bolton y Bolsonaro, duros críticos del gobierno socialista, se reunieron el pasado 29 de noviembre en Rio de Janeiro, en el primer encuentro de alto nivel entre el Gobierno de Donald Trump y el gobernante de extrema derecha que asumirá en enero.
"Las fuerzas militares de Brasil quieren paz. Nadie en Brasil quiere que el Gobierno entrante de Jair Bolsonaro se meta en una aventura militar contra el pueblo de Venezuela", afirmó Maduro en rueda de prensa con corresponsales extranjeros.
El mandatario tildó de "loco" al general retirado Hamilton Mourao, futuro vicepresidente brasileño, quien afirmó recientemente que el Gobierno de Maduro "está llegando a su fin" y anunció una mayor presión diplomática para que en Venezuela haya "elecciones normales".
Maduro asumirá el 10 de enero para un segundo mandato de seis años, tras ser reelegido en comicios boicoteados por la oposición y desconocidos por Estados Unidos, la Unión Europea y una docena de países latinoamericanos.
El presidente justifica sus denuncias en lo que considera "amenazas" de Trump, quien ha insinuado la posibilidad de un intervención militar en el país con las mayores reservas petroleras, hoy devastado por la peor crisis económica de su historia moderna.
Maduro aseguró que la trama es comandada por Bolton e incluye el entrenamiento de tropas regulares en Estados Unidos para tomar tres bases militares, y de 734 "mercenarios" en Colombia para generar, al igual que en la frontera con Brasil, incidentes armados e incluso matarlo.
El objetivo es "simular ataques como (si fueran) soldados venezolanos a unidades militares en la frontera y justificar una escalada", sostuvo, y explicó que su denuncia se basa en "fuentes internacionales cruzadas".
Maduro, quien denuncia continuamente complots para derrocarlo, llamó a no equivocarse suponiendo que Venezuela "no tiene quien la defienda", pues a su lado, dijo, están "el pueblo y la Fuerza Armada".
El pasado lunes, Rusia desplazó a Venezuela dos bombarderos y otras aeronaves para ejercicios de defensa, rechazados por Estados Unidos y Colombia.
Este miércoles el presidente colombiano, Iván Duque, quien lidera la presión regional contra Maduro, dijo que el continente debe estar "alerta" frente a esos despliegues "inamistosos".
"Que no se equivoquen nunca porque les vamos a dar una lección", advirtió el heredero del fallecido líder Hugo Chávez (1999-2013).
Pese a esa retórica, Maduro instó nuevamente a Trump a dialogar y abandonar la "política fracasada" de Barack Obama frente a Venezuela.
"Estoy a la orden donde quiera, cuando quiera y como quiera", afirmó el presidente refiriéndose a Trump, quien en la pasada Asamblea General de la ONU se mostró abierto a un encuentro que nunca se concretó.
El presidente venezolano extendió su llamado al diálogo a la oposición, pidiéndole no dejarse arrastrar por su ala "extremista", a la cual acusa de respaldar los planes de intervención militar.
No obstante, admitió que las señales desde la Casa Blanca no son alentadoras, pues según dijo se aumentó de 40 a 120 millones de dólares el monto de las "partidas secretas para sobornar a oficiales venezolanos y "utilizarlos en un disturbio militar" contra su Gobierno.