Representantes de la Iglesia Católica de Nicaragua, y el nuncio Apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag fueron agredidos por simpatizantes del Gobierno del presidente Daniel Ortega al llegar a mediar en un conflicto en Diriamba, que sufrió una fuerte represión el domingo, reportó la agencia AP.
Momento en que paramilitares sandinistas del FSLN, quienes habían mentido al decir a las cámaras que no estaban armados, secuestran a punta pistola, a personas que estaban defendiendo la Iglesia que fue atacada por ellos y por turbas de #DanielOrtega en #Jinotepe #SOSNicaragua pic.twitter.com/2uJ6GCC1Gp
— Cristian Crespo F. (@cristiancrespoj) 10 de julio de 2018
Imágenes difundidas por medios locales que cubrían la llegada de los líderes religiosos a la ciudad ubicada a 46 kilómetros al sur de Managua mostraron cómo un grupo de simpatizantes con banderas del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional y personas encapuchadas rodearon al cardenal Leopoldo Brenes, al obispo Auxiliar de la capital, Silvio Báez y otros religiosos.
El primero trató de hablar con las personas que lo rodeaban, pero no lo dejaron. Decidió ingresar con el nuncio y demás religiosos a la Basílica de San Sebastián, pero empezó un forcejeo. Entre ofensas y golpes finalmente lograron pasar.
Los grupos afines al Gobierno también entraron al templo y golpearon a varios religiosos, entre ellos, al obispo auxiliar Báez y al párroco de Masaya, Edwin Román, ambos con heridas de arma blanca en la mano.
Periodistas locales también fueron agredidos y objeto de robo.
Los religiosos viajaron a Diriamba para respaldar a las víctimas de un ataque armado cometido el domingo por policías y parapolicías. Producto de la represión, varias personas habían quedado encerradas en la Basílica.
"Todo se puede evitar cuando razonamos", dijo el obispo auxiliar Báez a Radio Corporación, después de ser herido en el brazo derecho.
El director de la no gubernamental Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, Álvaro Leiva, que formaba parte de la caravana que llegó a Diriamba, dijo que el ataque a los líderes de la Iglesia Católica, es algo que agudiza la crisis.
"Estoy sin palabras, de verdad nunca esperé que algo así ocurriera, un irrespeto completo", señaló.
"El mundo debe ver lo que está pasando en Nicaragua. Han agredido a los obispos, a periodistas, el gobierno va dejando sin posibilidad la salida de la crisis por medio del diálogo", dijo el presidente del Consejo Superior de la Iglesia Privada, José Adán Aguerri.
El cardenal Leopoldo Brenes pidió el domingo a Ortega detener esas acciones. "Por favor, en el nombre de Dios, detengan esa acción, que va a llevar más dolor, más tristeza y quieran o no, esta situación la cargan sobre sus hombros", dijo durante una homilía en la catedral de Managua.
La situación de Diriamba se dio dos días después de que Ortega anunciara que no está dispuesto a adelantar las elecciones como lo ha demandado una buena parte de la población nicaragüense en las calles.
Las protestas iniciaron el 18 de abril en contra de una fallida reforma a la seguridad social y tras la represión que ha dejado unos 250 muertos se transformó en un reclamo general para la salida del poder del presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Suspendido el diálogo
Ante la agresión física que sufrieron los obispos en la basílica de San Sebastián, la Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora y testigo del diálogo nacional, suspendió este martes las mesas de trabajo creadas para superar la crisis en el país.
Según un reporte de EFE, el Episcopado había citado este lunes a la mesa de Verificación y Seguridad, así como a la mesa Electoral, no así a la de Justicia, para reiniciar el diálogo nacional, sin embargo, optó por aplazar las dos mesas de trabajo tras los sucesos en Diriamba.
"El Estado de Nicaragua funciona y seguirá funcionando y hará uso de su deber constitucional, su obligación institucional para mantener el orden, la seguridad y la paz", dijo el canciller Denis Moncada al salir del Seminario Nuestra Señora de Fátima, en Managua, tras suspenderse las mesas de trabajo del diálogo nacional.
"Lo que hemos denunciado son actos de terrorismo que se cometen contra nicaragüenses, secuestros, extorsiones, vejámenes, asesinatos por ser sandinistas, contra policías, quemas de edificios públicos, casas privadas", denunció.
Según Moncada, Nicaragua vive un intento de golpe del Estado, iniciado el pasado 18 de abril con las protestas contra las fallidas reformas a la seguridad social.
"Hemos dicho y lo reiteramos a los organismos internacionales de derechos humanos que aquí enfrentamos una ruptura constitucional, que por la vía fáctica se quiere cambiar el Gobierno e incluso se han hecho amenazas de muerte contra el Presidente de la República (Daniel Ortega) que están debidamente documentadas", afirmó.
Asimismo, dijo que "aquí se ha manipulado con que se van a adelantar las elecciones y el Gobierno nunca ha dicho eso".
"No hemos dicho que se van a adelantar las elecciones. Hemos dicho que una vez que se logre un clima de seguridad y de paz y de tranquilidad para todos los nicaragüenses, estamos en disposición de escuchar todos los planteamientos, incluso los temas de la democratización que le interesan a la oposición", insistió.
Sostuvo que el Gobierno ha sido respetuoso de las marchas pacíficas, pero denunció que en las barricadas y bloqueos "se ha hecho terrorismo".
El canciller Moncada no se refirió a la agresión sufrida por los obispos.