Al menos cuatro personas murieron en las últimas horas, entre ellas un bebé de un año y medio, en ataques simultáneos de las "fuerzas combinadas" del Gobierno de Nicaragua en las zonas este y suroeste de Managua, informó este sábado el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).
"Tenemos reporte de al menos cuatro fallecidos: dos en los barrios de arriba (este), y dos en la zona de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), aquí pueden ser tres, pero no hemos confirmado el último", dijo a ACAN-EFE la portavoz del CENIDH Georgina Ruiz.
El niño y un hombre adulto fallecieron en operativos diferentes, durante tiroteos ejecutados desde la noche del viernes en los barrios del este de Managua, por las llamadas "fuerzas combinadas", compuestas por policías, antimotines, parapolicías, paramilitares y grupos oficialistas, dijo Ruiz.
Los dos fallecidos en la UNAN, al suroeste de Managua, eran estudiantes que formaban parte de los universitarios que se mantienen atrincherados en el campus desde abril pasado.
El ataque al este de Managua siguió el mismo guión que los anteriores, ya que ocurrió después de un apagón, antes de la medianoche, con tiroteos que aumentaron gradualmente, hasta ser más intenso justo al amanecer, indicó Ruiz.
Detalló que en la zona de la UNAN, el Gobierno utilizó drones para ubicar la posición de los estudiantes antes de atacarlos desde un cerro cercano a la luz del alba.
Al menos 15 personas resultaron heridas durante los ataques de este sábado en Managua, hasta el momento en que una representación de obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) se dirigió hacia la UNAN para evitar más muertes, de acuerdo con el reporte del CENIDH.
El ataque ocurrió en el mismo momento en que la CEN, mediadora del diálogo nacional para resolver la crisis sociopolítica del país, solicitó al presidente Daniel Ortega que acepte elecciones anticipadas para marzo de 2019, y llamó a una reunión el lunes de la mesa de negociaciones.
Dicha petición coincidió con la de Estados Unidos este viernes, cuando los países del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), salvo Venezuela, apoyaron el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que señala al Gobierno de Ortega por la muerte de al menos 212 personas, 1.337 heridos y 507 personas privados de la libertad.
Hoy se cumplen 67 días en Nicaragua de la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente.
UNICEF dijo el miércoles en un comunicado que durante la crisis niños y adolescentes han perdido la vida de forma violenta y que se reportan casos de menores heridos y desaparecidos, por lo que hizo un "llamado urgente" al Estado y a la sociedad nicaragüenses "para que se asegure la protección de la niñez y de la adolescencia en todos los ámbitos y desde todos los sectores".
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.