El grupo más amplio de la oposición venezolana reiteró que no participará en las elecciones presidenciales por tratarse de un "fraude" postergado y sin garantías, reportó EFE. El jueves las autoridades electorales acordaron trasladar para el 20 de mayo los comicios presidenciales que estaban previstos para el 22 de abril.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, oficializó la nueva fecha y anunció que decidieron celebrar también para entonces las votaciones en las que se escogerán a los legisladores estatales y municipales, más de 1.000 cargos en disputa, como había propuesto antes el chavismo gobernante.
Lucena indicó que el registro de votantes será reabierto hasta el 10 de marzo, mientras que el lapso de inscripción de postulaciones para las presidenciales se extenderá hasta este viernes en la tarde.
Asimismo, el cronograma electoral "reprogramado" se dará a conocer en "las próximas horas" e incluirá las fechas de postulaciones para los 23 consejos legislativos del país y las 335 cámaras municipales.
Los anuncios del CNE se produjeron luego de una breve "sesión extraordinaria" que se celebró minutos después de que la plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente (ANC), integrada solo por oficialistas y señalada de fraudulenta, acordase fusionar los comicios y postergar su celebración.
El decreto constituyente, que no indicaba una fecha exacta para los comicios, fue aprobado minutos después de que se firmara un acuerdo electoral entre los candidatos a las presidenciales en el que se estableció que las elecciones se postergaban para la segunda quincena de mayo.
Representantes del jefe del Estado, Nicolás Maduro, y del exgobernador opositor Henri Falcón —los dos principales candidatos a las presidenciales— firmaron el jueves el "Acuerdo de garantía electorales" ante el CNE en el que sugerían se pospusieran los comicios.
El documento incluye algunas de las exigencias hechas por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) durante el proceso de diálogo con el oficialismo en República Dominicana que acabó sin acuerdos, luego de que el antichavismo considerara insuficientes las propuestas del Gobierno.
Según este acuerdo, durante el tiempo que dure la campaña Maduro evitará el uso de medios públicos para la difusión de actos proselitistas, como generalmente ocurre en el país caribeño.
Entre otras cosas, Falcón y Maduro acordaron también "la equidad en el acceso a los medios públicos y privados", la reapertura del registro de votantes en el exterior, alejar la difusión de propaganda de los centros electorales el día de los comicios, así como la vigilancia militar de los candidatos y de los comicios en general.
Varios opositores rechazaron los anuncios del jueves y reafirmaron que no participarán en la nueva convocatoria.
"Antes dije que las del 22 de abril NO SON ELECCIONES, ahora digo que: las del 20 de Mayo NO SON ELECCIONES. El problema no es la fecha, es el fraude", escribió en Twitter la diputada Delsa Solórzano.
Antes dije que las del 22 de abril NO SON ELECCIONES, ahora digo que: las del 20 de Mayo NO SON ELECCIONES. El problema no es la fecha, es el fraude
— Delsa Solorzano (@delsasolorzano) 1 de marzo de 2018
Entretanto, la coalición opositora reiteró que el texto firmado en la sede del CNE en Caracas no fue suscrito por ninguno de sus integrantes pese a que el documento habla de "Gobierno y oposición acuerdan".
En este sentido, los voceros del antichavismo reiteraron que Falcón "se deslindó de la unidad" opositora al postular su nombre a las presidenciales, desatendiendo la decisión de la MUD de no participar en la contienda por considerarla fraudulenta.
EEUU mantiene la misma posición de rechazo
El jueves Washington mantuvo su rechazo a las elecciones venezolanos pese al cambio de fecha y reiteró su llamado a unos comicios "justos, libres y con observación internacional creíble".
"Renovamos nuestro llamado al establecimiento de un calendario electoral en cumplimiento con la Constitución y en consulta con la legítima Asamblea Nacional (Parlamento, de mayoría opositora)", indicó a EFE un portavoz del Departamento de Estado que pidió el anonimato.
"Unas elecciones libres y justas deben incluir la total participación de todos los partidos y líderes políticos, un calendario electoral apropiado, observación internacional creíble y una autoridad electoral independiente", agregó.
Cuando se convocaron de manera anticipada los comicios para el 22 de abril, EEUU dejó claro que no reconocería los resultados por considerar que se trata de una cita con las urnas que no es ni legítima, ni justa, ni libre.
"EEUU está con las naciones democráticas de alrededor del mundo en apoyo al pueblo de Venezuela y su derecho soberano a elegir a sus representantes a través de elecciones libres y justas", insistieron el jueves fuentes oficiales.
Washington estudia ahora la imposición de sanciones petroleras, una carta que se ha guardado hasta ahora, para presionar al Gobierno venezolano, como adelantó el secretario de Estado, Rex Tillerson, a principios de mes en su gira latinoamericana.
Preguntada por EFE al respecto, la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, se limitó a decir que EEUU sopesa diferentes vías.
"Estamos considerando muchas opciones diferentes, económicas y diplomáticas, para lidiar con Venezuela y, esperamos, su vuelta a su Constitución tras haber visto cómo la situación se ha deteriorado a lo largo del último año", afirmó.
"Hemos dicho que estamos considerando todas las opciones para restaurar la democracia en Venezuela, incluidas sanciones individuales y potenciales sanciones financieras", recordó.
Tras haber impuesto sanciones a más de 50 individuos y sobre el sistema financiero de Venezuela, el petróleo es el recurso que le queda a EEUU para tratar de obligar al presidente Nicolás Maduro a moverse de sus posiciones, algo que no ha conseguido hasta ahora.