La protección que Ecuador le ofrece al australiano Julian Assange tiene sus días contados. Así lo advierte el expresidente Rafael Correa, quien le otorgó el asilo al fundador de Wikileaks en 2012, informa la agencia AFP.
"Temo mucho por la seguridad de Julian Assange. Yo creo que es cuestión de tiempo que este Gobierno que ha traicionado todos los ideales (...) le quite el respaldo. Bastaría una presión de Estados Unidos para hacerlo, y seguramente ya lo está haciendo, y tal vez esperan al resultado del 4 de febrero para tomar la decisión", sostuvo Correa.
Interrogado sobre si tenía alguna evidencia de eso, el exmandatario dijo: "Es claro que Lenín Moreno no es un hombre de convicciones, es claro que está entregado a los poderes de siempre (...) Las intervenciones del embajador de Estados Unidos, descaradas, metiéndose en política interna... eso no lo veíamos desde hace diez años. Todo conduce a pensar que están cediendo ante todo y que pronto cederán ante Julian Assange".
A principios de este mes el Gobierno de Ecuador anunció de forma oficial que concedió la ciudadanía y exploró la posibilidad de incluir en su equipo diplomático al fundador de WikiLeaks asilado desde hace más de cinco años en la embajada del país sudamericano en Londres.
Los últimos ocho meses parecen haber desgastado más a Correa que los diez años que ejerció el poder.
Convertido en el principal opositor a su exaliado Lenín Moreno, regresó hace dos semanas de su retiro en Bélgica para liderar el "No" en la consulta popular del 4 de febrero, con la que el presidente busca inhabilitarlo y desterrar al correísmo del poder político.
A este economista de 54 años, que en una década de Gobierno supero con éxito 14 pruebas en las urnas, admite que lo tiene "cuesta arriba" en esta nueva contienda: tras desvincularse del partido en el poder, Alianza País, enfrenta a exaliados, además de sus adversarios tradicionales.
Y las encuestas tampoco le sonríen.
Sobre la consulta que ha impulsado Moreno, Correa esbozó los escenarios que se darían de ganar el Sí.
"Con la pregunta 2 (para suprimir la reelección indefinida) me inhabilitan para reelegirme como presidente, que es lo que menos me interesa. Si ganan la pregunta 3 (para nombrar nuevas autoridades de control), pondrán fiscal, contralor a su medida, abiertamente enemigos, solo para perseguirme y perseguir a mis compañeros. Es la nueva estrategia de la derecha para destruir a los dirigentes progresistas, como hicieron con Dilma, Lula o Cristina", dijo.
Asimismo, habló de formar un nuevo movimiento para los "correístas".
"Daré el apoyo que pueda para que mis compañeros formen un nuevo movimiento político. Ellos (los morenistas) se pueden quedar con las paredes, con los eslóganes, con el presupuesto, con los escritorios, pero nosotros tenemos a la gente, las convicciones", añadió.
Cuestionado sobre si lideraría este nuevo partido, dijo que "en principio, no. Hay muchos cuadros que lo pueden liderar".
La separación en dos grupos del movimiento que gobierna Ecuador desde 2007 se produce tras varios meses de enfrentamientos verbales entre Moreno y Correa por desavenencias ideológicas y por el procesamiento del exvicepresidente Jorge Glas.
El expresidente se encuentra desde la primera semana de enero en Ecuador haciendo campaña por el NO en la consulta popular promovida por el Gobierno y prevista para el 4 de febrero.
La consulta recoge, entre otras preguntas, la derogación de la reelección indefinida de gobernantes.
Asimismo, Correa será llamado a declarar en un juicio contra el exministro de Electricidad Alecksey Mosquera, por presunto lavado de activos en la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, informó este jueves el diario público El Telégrafo citado por EFE.
De acuerdo con la publicación, esa solicitud fue hecha dentro del proceso judicial que se sigue contra Mosquera y otras tres personas y en el que ha sido también llamado a prestar testimonio el exfiscal Galo Chiriboga.