Kim Jong-un advirtió este lunes a Estados Unidos que en su escritorio tiene un "botón nuclear" listo para usar si se amenaza a Corea del Norte pero se mostró más conciliador hacia Corea del Sur, diciendo que estaba "abierto al diálogo" con Seúl, informa Reuters.
"Todo Estados Unidos está al alcance de nuestras armas nucleares y hay un botón nuclear siempre en mi escritorio. Esta es la realidad, no una amenaza", dijo Kim, recalcando que el armamento solo se usaría si se amenazara o atacara a Corea del Norte.
Asimismo, de acuerdo con EFE, el líder norcoreano proclamó este lunes en su tradicional discurso de Año Nuevo que Corea del Norte se convirtió en potencia nuclear en 2017 y abogó por incrementar este año de 2018 la producción de armas atómicas y de misiles balísticos.
"Este año debemos centrarnos en la producción masiva de ojivas nucleares y misiles balísticos y acelerar su despliegue", dijo Kim tras proclamar al inicio de su alocución televisiva que en 2017 lograron "la meta de completar nuestra fuerza nuclear estatal".
De acuerdo con la agencia AP, vestido con un traje de estilo occidental de color gris y corbata a juego, Kim empleó su habitual discurso de Año Nuevo para también hacer un llamado a mejorar la relación con su vecino del sur, una idea recurrente en los discursos que no llega a materializarse.
"Cuando se trata de las relaciones Norte-Sur, deberíamos bajar la tensión militar en la Península Coreana para crear un ambiente pacífico", declaró Kim. "Tanto el Norte como el Sur deberían hacer esfuerzos".
El líder norcoreano señaló que considerará enviar una delegación a los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán en febrero en Pyeongchang, Corea del Sur. Kim dijo también que representantes de las dos Coreas podrían reunirse para tratar el tema.
Corea del Sur celebró la oferta de Kim de enviar una delegación y de tener reuniones para conversar sobre la posibilidad de su participación en los Juegos.
"Siempre hemos manifestado nuestra voluntad de conversar con Corea del Norte en cualquier momento y en cualquier lugar si eso puede ayudar a restaurar las relaciones entre las Coreas y llevar a la paz en la Península", dijo un portavoz de la presidencia surcoreana.
Algunos expertos, que ya dieron cuenta de los significativos avances armamentísticos de Pyongyang en el último año, afirman que esta voluntad de diálogo del régimen se produce en un momento en el que la confianza por haber completado su poder nuclear le da impulso, y vaticinan que es probable que los test continúen, según recogió la agencia Yonhyap.
Las repetidas pruebas armamentísticas de Pyongyang (una veintena de misiles lanzados, incluidos tres intercontinentales, y su sexta y más potente prueba nuclear hasta la fecha) le han valido un número récord de resoluciones sancionadoras de la ONU en un año, cuatro, medidas que el Norte ha asegurado que no funcionarán.
Corea del Norte celebrará el próximo 9 de septiembre la efeméride de su fundación bajo el liderazgo de la tercera generación de los Kim y afrontando duras sanciones que incluyen un recorte del suministro petrolífero, la prohibición de exportaciones de varios sectores y la repatriación de trabajadores.
El discurso de Año Nuevo es un evento anual que se sigue de cerca para detectar indicios de la dirección y prioridades que Kim podría adoptar en el recién estrenado año.
Se consideraba que el de este año era especialmente importante por la elevada tensión generada por los frecuentes lanzamientos de misiles de Pyongyang y su ensayo nuclear de 2017, que derivaron en intensos intercambios verbales entre Kim y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Consultado por periodistas sobre el discurso de Kim, Trump dijo solamente "veremos, veremos", mientras llegaba a la celebración de Año Nuevo en Mar-a-Lago, su propiedad en Florida.