La líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, y María Cristina Labrada Varona, en representación del movimiento femenino, se reunieron en la mañana de este miércoles con el arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez.
Soler informó a DIARIO DE CUBA que la cita se concretó "a pesar de una vigilancia extrema por parte de la policía política" desde que salieron de la sede nacional en Lawton hasta que llegaron al Arzobispado.
"La patrulla 09 de la PNR nos estuvo siguiendo desde que salimos hasta el propio Arzobispado pero gracias a Dios pudimos llegar y tuvimos una hora de encuentro con el arzobispo", contó Soler.
"Le transmitimos nuestra preocupación, los problemas que estamos enfrentando con las fuerzas del régimen que nos ha prohibido participar de toda misa en el país, ya no solo dominical", explicó.
"Le ofrecimos nombres de los agentes de la Seguridad del Estado que prometieron anular nuestra presencia en las iglesias del país. Le explicamos los nuevos modos operandi que ahora tienen contra las familias para disminuir en cantidad, desmembrar nuestro movimiento, sobre las multas que nos imponen solamente por no llevar el carné de identidad", agregó.
En tal sentido, hablaron al prelado de "la necesidad de que la Iglesia Católica se pronunciara contra las violaciones de los derechos humanos, pero principalmente contra la libertad de religión" que están sufriendo las Damas de Blanco.
"Fue muy receptivo, nos dijo que todo lo que pueda hacer lo va a hacer, que plantearía al Gobierno cubano que tenga un encuentro con la oposición, establecer un diálogo que no ha resultado. Dejó las puertas abiertas para que la visita se pudiera repetir", dijo la líder femenina.
"Le comunicamos nuestras esperanzas de que en un próximo encuentro tuviera alguna respuesta".
Monseñor García "nos regaló una Biblia de la familia a cada una, nos las dedicó y nos dio la bendición. Salimos optimistas, el cambio ha sido terrible. Juan fue muy amable, muy atento a todo lo que le decíamos. Hubo momentos hasta de sonrisas", concluyó.
Juan de la Caridad García asumió como arzobispo metropolitano de La Habana en mayo del año pasado, en sustitución del cardenal Jaime Ortega Alamino.
En la ceremonia de toma de posesión mencionó como "destinatarios preferidos de su misión" a los pobres, los ancianos, los presos y los descartados del rebaño.
Recientemente abogó por que el socialismo, y no el capitalismo, progrese en Cuba y en otras declaraciones condenó el aborto como "la primera violación de los derechos humanos". También reiteró algunos viejos reclamos de la Iglesia Católica al Estado como el acceso a la educación y a las cárceles del país y la presencia continua en los medios de comunicación.