Vencida la segunda semana de ¿competencia? de la llamada Serie Especial de Béisbol, ni la reñida tabla de posiciones, ni el mayor equilibrio mostrado entre ofensiva y picheo, ni la disminución de los errores y las bases por bolas, han podido atraer a los aficionados que huyen en desbandada hacia otros deportes o sintonizan series y novelas televisivas.
La cifra de espectadores en los estadios es más que ridícula, en un país donde el béisbol, supuestamente, es el deporte nacional. Sin embargo, el Estado continúa derrochando lo poco que tenemos en busca de una victoria pírrica en los venideros juegos Centroamericanos y del Caribe.
Los Orientales se colocaron esta semana a solo medio juego de los lideres Centrales, seguidos de cerca por los sotaneros Occidentales, quienes solo están a un juego de diferencia del lugar de honor. Se ha hecho hincapié varias veces que el objetivo de esta competencia es el entrenamiento, pero el ser humano es competitivo por naturaleza, y la tabla de posiciones es pieza clave para motivaciones grupales.
En esta carrera de resistencia por integrar la preselección nacional, teniendo en cuenta que en este tipo de partidos manda la ofensiva, hay muchos que se están destacando, pero los nombres de Aníbal Medina (CEN), Jefferson Delgado (ORI), y Yoelkis Céspedes (ORI), descollan con promedios de más de .400, seguidos de cerca por los veteranos Yordanis Samón (.389) y Frederich Cepeda (.381), quien comanda los departamentos de hits conectados (8), carreras anotadas (6), jonrones (3), bases recorridas (18) e impulsadas (10), demostrando que aún es un gallo que puede picar, al menos navegando entre estas calidades que lo circundan.
Otro que también ha movido el madero como nos tiene acostumbrados es Lázaro Cedeño (ORI), líder en sluggin (1.111) y en promedio de bases por hit (3.33), además de ser el segundo en jonrones conectados (2) e impulsadas (7).
En cuanto al área de los lanzadores, llaman la atención los casos de Leandro Martínez y Ángel Sánchez, ambos de Orientales, quienes no han permitido carreras limpias en 5 y 4.2 entradas de actuación respectivamente. Mientras, Johen Socarras (CEN), Yariel Rodriguez (ORI) y Misael Villa (OCC) son los más ponchadores (7), en 6.2, 7.2 y 9.1 entradas por ese orden.
En medio de esta vorágine ofensiva, encontramos a un total de siete lanzadores con un promedio de bateo contrario por debajo de .200. Son los centrales Alain Sánchez, Yosbel Zulueta, Josimar Cousin y Pedro Alvarez, el oriental Leandro Martínez, y el occidental Jose A. García.
Como punto negativo hay que hablar de las nueve bases por bolas que ha otorgado Josimar Cousin en 7.1 entradas lanzadas, los 13 hits que le han dado a Yosvany Torres y las ocho carreras limpias que le han anotado a Misael Villa. Además de los 31 errores cometidos entre todos los equipos en solo siete partidos, para un bajo promedio general de 946.
La serie es aún joven, hay que esperar para darle o no el crédito a las teorías que defienden o condenan este tipo de competencias, para hablar de agotamientos físicos o mentales, de resultados positivos o de fiascos escandalosos. Nos vemos en el estadio la semana que viene.