El humorista cubano Ulises Toirac lamentó esta semana cómo el humor cubano está a expensas de las decisiones del Estado que controla los medios de comunicación, en específico la televisión, y cómo "lo que ayer era publicable" puede convertirse al otro día en algo "sencillamente 'contrarrevolucionario'".
En una reflexión compartida en su perfil de Facebook, Toirac mencionó entre otros aspectos "la subjetividad de los análisis del humor".
En ese sentido, escribió: "Lo que para unos es irrespetuoso, para otros es hilarante, para terceros es racista y para algunos aburrido. Cada dirigente ve cada chiste de forma diferente. Hay que ganarse una 'confianza' inicial para que cada análisis no venga precedido por la suspicacia y aún así pasar un serio filtro de acuerdos para poder salir al aire. Y Dios te libre de las circunstancias. Lo que ayer era publicable hoy es sencillamente 'contrarrevolucionario' por obra y gracia de la situación coyuntural que ha creado un evento cualquiera en la arena internacional o una 'casualidad' dentro del país".
Su comentario nació de una invitación que recibió de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) para participar en una reunión sobre el humor en televisión y a la que iban a asistir altos responsables del "dilema (más que problema)" y a la cual decidió finalmente no acudir. En su post habla de sus razones.
"Luego de pensarlo medio minuto, decidí no ir. En mi ya larga carrera esta iba a ser la cuarta idéntica reunión (con más altos personajes en otras ocasiones) y no van a resolver nada, porque es un 'problema imposible' (o sin solución)", señaló.
"La primera dicotomía asoma en el hecho de ser un medio estatal. Más que estatal, del PCC y es utilizado para emitir la posición y criterio de ambos (partido y Gobierno). En el entendimiento que esto fuera correcto, ese solo hecho posiciona a la TV cubana como portavoz oficial. No tiene un cartel como el periódico Granma, pero lo es", consideró.
Para Toirac, "esto de plano pone serios límites al humor porque lo obliga a sostener esas bases, y cuando pueda 'moverse' un poco fuera de esos límites, será siempre bajo cierta aquiescencia condescendiente vigilada de muy cerca".
"No tengo que decir cuán lejos está el humor de florecer a estas restricciones", añadió.
Por otro lado, el humorista citó lo que llama "la 'seudoautodefinición' de televisión pública, o sea, dependiente de los peculios que el Estado pueda asignarle (…) que impone en cualquier televisora en el mundo una restricción de finanzas bien seria, por lo que es difícil que se realicen producciones costosas como series, novelas, largometrajes para tv, transmisiones deportivas, espacios noticiosos, etc".
En referencia a la propia TV, Toirac señaló que "el bebé lactante que supone un gigantesco organismo de muchos años viviendo de un soporte poco eficiente económicamente y con serios lastres en sus relaciones productivas cada vez más deformadas (a tono con el resto) es demasiado fardo".
Asimismo, criticó "el poco respeto de esa maquinaria a los creadores a los cuales usa, paga magramente y luego olvida. Pero no un olvido de sentimientos, sino uno más práctico y contundente".
El humorista puso como ejemplo que "durante años la TV cubana ha retransmitido cientos de programas Jura Decir La Verdad (…) sin pagarle un solo centavo a sus autores".
"¿Por qué habría yo de perder dos horas de mi vida en asistir a una reunión que no solo sé cómo se va a comportar, sino lo que va a (no) resolver?", concluyó