El Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá ha interceptado 688 emigrantes extranjeros, la mayoría procedente de Colombia y Cuba, entre enero y mayo de 2019 por razones como permanecer de manera irregular en el país.
La entidad informó este lunes que entre los detenidos hay 204 colombianos y 178 cubanos, además de 103 venezolanos, 89 nicaragüenses, 20 dominicanos, 17 salvadoreños, 11 hondureños y diez ecuatorianos, según reportó el diario La Estrella de Panamá.
De esa cifra, el 81% son hombres y el 19% mujeres, de entre 18 y 37 años de edad.
El reporte precisó que 348 de los detenidos tenían estatus irregular en el país, 126 estaban en Panamá con su estadía vencida, 73 fueron aprehendidos por razones de seguridad, 66 están en etapa de investigación o verificación, otros 40 trabajaban sin permiso, 30 estaban involucrados en faltas administrativas y cinco tenían otras faltas.
De enero a marzo de este año, el SNM prohibió la entrada de más de 2.400 extranjeros, por razones como ofrecer inconsistencias en sus entrevistas de admisión, carecer de solvencia económica o visa, poseer algún impedimento de entrada, portar un pasaporte sin vigencia o documentación fraudulenta.
Panamá ha sido en los últimos años uno de los destinos favoritos de muchos migrantes de la región, principalmente venezolanos, colombianos y centroamericanos.
Asimismo, se ha transformado es un país de cruce para miles de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos y comienzan el el istmo su recorrido de miles de kilómetros, a menudo movilizados por mafias internacionales de tráfico de personas.
El arribo masivo de cubanos entre finales de 2015 e inicios de 2016 generó una crisis humanitaria en Panamá y Costa Rica, que se consideró como una consecuencia del deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y el fin de los beneficios migratorios para los isleños en el país norteamericano.
El presidente panameño Juan Carlos Varela dijo en mayo pasado de que la nación enfrenta "uno de los momentos más críticos de la crisis migratoria del país", con más de 4.000 migrantes que están entre Darién y la provincia occidental de Chiriquí, limítrofe con Costa Rica.
DIARIO DE CUBA reportó la tragedia sucedida la noche del 23 abril pasado, cuando una creciente del río Armila, conocido como Darién, arrastró una cifra imprecisa de migrantes, no solamente cubanos, en esa región de Panamá.
Luis Herrero Anaya, delegado de la Comisión de Derechos Humanos de Costa Rica, confirmó la muerte de más de medio centenar de migrantes.
"Desde diferentes vórtices y fuentes se puede hablar de 53 muertos, pero confirmación de una autoridad panameña no tenemos aún. El Comité de Derechos Humanos de Costa Rica desplazó a la frontera un delegado, para corroborar con el Departamento de Investigación de Panamá (DIJ)", explicó.