El Gobierno de EEUU anunció este martes que restringirá los viajes culturales de ciudadanos estadounidenses a Cuba, así como las visitas con barcos y aviones privados o comerciales, en lo que supone un estrechamiento al cerco al régimen de La Habana.
En un comunicado citado por EFE, el Departamento del Tesoro explicó que EEUU no permitirá los viajes culturales y educativos de contacto con el pueblo cubano, conocidos como "people to people" en inglés y que habían autorizado a miles de estadounidenses visitar la Isla tras el "deshielo diplomático" iniciado en 2014.
Las medidas anunciadas este martes buscan limitar los viajes no familiares a Cuba, en línea con lo que ya había bosquejado en abril el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, durante un discurso en Miami.
Estas sanciones buscan, según una nota del Departamento de Estado, evitar que los viajes de estadounidenses a la Isla "enriquezcan a los servicios militares, de seguridad e inteligencia cubanos".
Las medidas hacen responsable al régimen por "la represión del pueblo cubano, su interferencia en Venezuela y su intervención directa en la crisis causada por Nicolás Maduro. (...) Apoyado por (el Gobierno de) Cuba, él ha creado un desastre humanitario que desestabiliza la región."
El Departamento de Estado aclara que las medidas van dirigidas contra la industria turística de la Isla, a través de la cual los militares obtienen beneficios económicos que les permiten apoyar a Maduro, así como sostener un aparato que reprime al pueblo cubano.
La mayor parte de los negocios hoteleros cubanos son propiedad del entramado empresarial de los militares, conocido como GAESA, cuyos dirigentes y firmas han estado en la mira de la Administración Trump desde que comenzó a endurecer su política hacia La Habana.
Washington anunció recientemente un nuevo límite a la cantidad de dinero que las familias en EEUU pueden enviar a sus parientes en Cuba. El Gobierno de Trump también ha aprobado la aplicación del título III de la ley Helms-Burton, que permite demandas contra empresas extranjeras que operan en propiedades que el Gobierno de Cuba confiscó a estadounidenses tras la llegada al poder de Fidel Castro en 1959.
La degradación de las relaciones entre EEUU y Cuba bajo la presidencia de Donald Trump ha empañado incluso la cooperación científica y médica bilateral en todo tipo de áreas, desde el tratamiento de enfermedades infecciosas a la preservación de arrecifes de coral.