A tres meses del paso del tornado por La Habana, damnificados de la barriada de Luyanó, municipio Diez de Octubre, coinciden en que "la recuperación será eterna".
Una visita a la calle Mango, donde los efectos del tornado causaron mayor devastación, permite comprobar la desesperación de los damnificados que sufrieron severas afectaciones en sus viviendas y que perdieron sus escasos bienes materiales.
"Las construcciones van con lentitud, no han podido completar ni la mitad de las viviendas, y las pocas que se han terminado están realmente mal hechas y ya se notan los defectos", dijo una de las vecinas, lesionada por el derrumbe de las tejas del techo en su domicilio.
Según afirmó Miguel Díaz-Canel a mediados de febrero, al ritmo que llevaba el proceso de solución, antes de terminarse el año 2019 habrían sido atendidos la mayoría de los casos. Pero el gobernante no precisó un estimado, ni tampoco puntualizó de si esas soluciones incluirían, además de las acciones constructivas, el resarcimiento de los bienes materiales perdidos, fundamentalmente los efectos electrodomésticos.
El paso del tornado que el 27 de enero pasado afectó a cuatro territorios habaneros —Regla, Guanabacoa, San Miguel del Padrón y Diez de Octubre—, dejó como saldo siete víctimas fatales, decenas de miles de damnificados y más de 7.800 viviendas dañadas total o parcialmente.
Soborno, corrupción y desvío de materiales, son las problemáticas que los vecinos de la calle Mango están denunciando como causa principal en la demora de la terminación de las reparaciones, además de la pésima calidad de las acciones constructivas.
"La prioridad y la calidad son para quienes pueden pagar, los demás parece que tendremos que esperar por la ayuda de Dios", dijo una damnificada en referencia a que la reparación de su casa está detenida por falta de materiales. Sin embargo, señaló, no hay déficit para viviendas que ni siquiera se registraron como afectadas por el tornado.
Funcionarios preguntados en el gobierno de Diez de Octubre admitieron la existencia de casos de soborno y desvío de materiales, pero los catalogaron como "hechos aislados". Aseguraron que contra sus autores se han tomado medidas disciplinarias severas, sin ofrecer más detalles.
Estas declaraciones contrastan con la opinión de los vecinos, quienes critican no haber recibido ninguna respuesta del gobierno municipal sobre la solución de estos temas, y tampoco sobre si es posible una ayuda para recuperar los bienes perdidos en la tragedia.
Otro plan maquillaje
"Sobre los efectos personales y electrodomésticos perdidos nadie nos dice nada, ni siquiera sobre los colchones, aunque a cada rato mandan a los muchachitos de la Seguridad Social para darnos aliento", declaró una vecina que perdió todo el techo de su vivienda por la caída de dos árboles y, finalmente, perdió también su embarazo.
Aunque el aspecto de la calle Mango ha mejorado desde los destrozos del tornado, es solo por el efecto de las fachadas. Al interior de las viviendas dañadas se evidencia la pésima calidad de las acciones constructivas y, en la mayoría, se estima que falta la mitad del trabajo para concluir la reparación total.
Preguntado al respecto, un jefe de brigada del contingente de construcción encargado de las obras afirmó que no es posible concluir todas las reparaciones y construcciones del territorio afectado en Luyanó antes de acabarse el año, como espera Díaz-Canel.
"Es otro plan maquillaje. Se construirán un centenar de casas, se repararán otras 200 y los demás damnificados tendrán que esperar como llevan esperando miles de cubanos en todo el país que han sido afectados por fenómenos climatológicos", especuló Olga Lidia, trabajadora de la Seguridad Social en Diez de Octubre.
"Duele decirlo, pero este tornado no ha dejado más perjudicados que los últimos tres huracanes que azotaron al país, y con promesas no se solucionan los problemas del pueblo. Los vecinos de calle Mango y calle Princesa, las más afectadas, necesitan colchones, refrigeradores, televisores y no promesas".
Un funcionario del Instituto de Planificación Física (IPF) en La Habana opinó que el Gobierno sabe que es imposible cumplir la promesa de que en próximos meses todos los damnificados serán rehabilitados en sus viviendas o en las nuevas que se anunciaron.
"La realidad es que miles de personas llevan hasta 20 años viviendo en albergues y todavía no ven el día en que se les asigne una casa. No veo cómo entonces los afectados por el tornado puedan ser un caso especial, pues el déficit es nacional y de vieja data", comentó el funcionario, con más de 15 años de trabajo en Planificación Física.
Añadió que en los albergues habilitados permanecen todavía unos 900 damnificados del tornado. El Gobierno cubano, a mediados de febrero, había estimado que en esos albergues había 1.040 damnificados.
"Y lo que sucede con los vecinos de calle Mango no es exclusivo, pues la misma situación la confrontan los damnificados de los otros territorios afectados", concluyó.