'Nos citaron en el Gobierno de Marianao. Creíamos que era para darnos respuesta a nuestros reclamos y lo que hicieron fue amenazarnos con el delito de desorden público', denuncia una de ellas.
El grupo de cubanas lleva días protestando ante las autoridades por una vivienda digna y mejor alimentación para sus hijos. Incluso han llevado sus reclamos hasta la puerta de la casa de Díaz-Canel, pero solo obtienen negativas.
'La maquinaria del poder sabía que los microbrigadistas eran rehenes de sus necesidades, y por eso no les quedaba más remedio que ir a donde los mandaran.'
Después de más de 35 años de construida, la pequeña vivienda de la activista Bárbara Farrat se desploma y la familia se debate entre alimentarse o invertir en la reconstrucción.
Aunque aún no se han publicado los anteproyectos de las leyes futuras, no es demasiado pronto para hacerse preguntas sobre sus contenidos y los beneficios que deben traer a los cubanos.
'Ahora mismo, un saco de cemento cuesta 3.000 pesos que equivale a mi salario de un mes', dice una profesora que vive en una cuartería en peligro de derrumbe en La Habana.
La falta de insumos para edificar viviendas contrasta con los recursos empleados por el Gobierno cubano en la construcción de hoteles, pese a la baja ocupación.
Historias como la de la familia Orama, en La Habana Vieja, abundan en la Cuba de hoy, donde las familias tienen que elegir entre comer o reparar sus casas.
Las penetraciones del mar continuaron afectando la capital cubana el martes y las autoridades hacen control de daños ante posibles derrumbes en Centro Habana y La Habana Vieja.
'Esta estrategia de alejar a Miguel Díaz-Canel de los fracasos que enfrenta el país nos lleva a recordar la aureola de invencibilidad que se tejía en torno a la figura de Fidel Castro.'