Tras el fracaso del experimento gubernamental para reordenar el transporte público en la capital, tanto en el sector privado como en el sistema de cooperativa, no parece haber una solución para reducir las afectaciones al pueblo.
Las autoridades consideraron que autorizar la modalidad de "taxis libres", beneficiar a los transportistas privados que decidieran continuar en la modalidad de "ruteros", e incrementar la flota de las cooperativas adjuntas a la empresa CubaTaxi, aliviaría la eterna crisis del transporte en La Habana. Sin embargo, ha ocurrido lo contrario.
Un recorrido por diversos territorios en las rutas capitalinas permitió corroborar que las principales afectaciones que perciben los habaneros son los precios exorbitantes de los "taxis libres", la escasez de los "ruteros", y el desorden de los MetroTaxis los fines de semana.
Varios entrevistados coincidieron en que la situación es caótica por el incremento de los taxis libres, lo que ha conllevado a que el precio de una carrera, que meses atrás costaba 10 pesos (moneda nacional), actualmente supere los 25 pesos, según el horario.
La escasa circulación de "taxis ruteros" se debe a que el margen de beneficios de los transportistas privados que se acogieron a esta modalidad no compensa las regulaciones, obligaciones y prohibiciones del Gobierno. Aunque pagan dos pesos moneda nacional por litro de petróleo, por cada litro adquirido deben desembolsar otros 36 pesos adicionales, y están obligados a gastar los 400 litros mensuales impuestos como límite mínimo a comprar.
Según la definición gubernamental, el "taxi rutero" es el servicio de transporte de pasajeros que se realiza de acuerdo con el tráfico autorizado por sistemas de piqueras o de rutas predeterminadas en cada territorio.
Denuncias de pasajeros revelan que las tarifas de un "taxi libre" en horario nocturno alcanzan precios exagerados en un país donde el salario promedio no sobrepasa los 30 dólares mensuales. Una prueba realizada durante cuatro días, entre las 10:00PM y la medianoche, confirmó que el precio de una carrera de apenas dos kilómetros podría costar entre cuatro y siete CUC.
Durante ese horario era casi inexiste la circulación de "taxis ruteros". La media docena que circulaba entre los municipios de Playa y Centro Habana cobraba el doble y hasta el triple por el mismo recorrido, en una ciudad donde el 27% de los pasajeros utiliza los taxis privados como medio de transporte.
"No es una crisis, es el deseo de un Gobierno"
"Desistí. Decidí vender mi carro y dedicarme a otro negocio. Estoy en proceso de abrir un restaurante", dijo Juan Miguel Sánchez, dedicado al transporte privado en los últimos 15 años.
"Resulta imposible ser exitoso en Cuba con honradez, desde la legalidad… no existe la posibilidad de hacer dinero fuera de la corrupción y del soborno", criticó refiriéndose a otro de los beneficios prometidos a los transportistas privados: la compra de piezas de repuestos y accesorios con una rebaja de hasta el 20% del precio.
"Además de que la oferta de piezas de repuesto y accesorios era deficiente, en estas tiendas, previamente, subieron los precios de todos los productos. Es decir, al final estábamos pagando casi el precio original", explicó.
Este exingeniero mecánico probó suerte operando en las tres modalidades —confort, rutero y libre— y en ninguna, dijo, consiguió ganancias sin cometer ilegalidades.
El fracaso del experimento de los taxis urbanos y la crisis nacional del transporte no están relacionados únicamente con la incapacidad de quienes dirigen las instituciones. Las destituciones de los titulares de Finanzas y Precios, y de Transporte, Lina Pedraza Rodríguez y Adel Yzquierdo Rodríguez, respectivamente, no han mejorado la situación.
Las disposiciones que dictaron para el transporte privado continúan vigentes sin revisión ni adecuación.
"No es una crisis, sino el deseo de un Gobierno que no quiere, bajo ningún concepto, que el sector privado opere a plenitud", opinó Sánchez.
La compra por parte del Gobierno de una flotilla de más de 500 microbuses para el servicio de "taxis en ruta" tampoco ha aliviado la situación. Los fines de semana, y autorizados por la empresa CubaTaxi, estos microbuses operan en modo de "taxis libres" con precios de oferta y demanda, muy por encima de los cinco pesos (moneda nacional) por tramo que la Dirección General de Transporte estableció como tarifa única para el sistema de cooperativa.