Cinco diplomáticos canadienses y sus familias que estaban destinados en Cuba y resultaron afectados por una misteriosa dolencia han presentado una millonaria demanda contra el Gobierno canadiense, informó este jueves la radiotelevisión pública de Canadá.
Los diplomáticos acusan a Ottawa de retrasar su evacuación de Cuba y su tratamiento médico, y solicitan una indemnización de 28 millones de dólares canadienses (18,5 millones de euros).
Varias decenas de diplomáticos de Estados Unidos y Canadá en La Habana, así como algunos de sus familiares, han sufrido desde principios de 2017 síntomas similares a los de una lesión cerebral por razones que aún se desconocen.
Inicialmente EEUU dijo que las lesiones parecían ser el resultado de un ataque con algún tipo de arma sónica, aunque las investigaciones realizadas hasta el momento por los tres países no han podido determinar el origen.
Tanto Washington como Ottawa han decidido reducir el número de diplomáticos y familiares en La Habana ante la imposibilidad de determinar el motivo de las lesiones.
La demanda de los diplomáticos canadienses señala que "Canadá ha rebajado la seriedad de la situación, acaparado y ocultado información crítica sobre salud y seguridad, y proporcionó información al personal diplomático falsa, errónea e incompleta".
Los demandantes subrayan que, aunque los primeros síntomas fueron detectados en la primavera de 2017 y EEUU evacuó sus diplomáticos en septiembre de ese año, Canadá no lo hizo hasta abril de 2018.
Las autoridades canadienses anunciaron a finales de enero que, tras el descubrimiento de un nuevo caso de lesiones cerebrales entre su personal diplomático en La Habana, iba a recortar el número de empleados en la legación de 16 a ocho.
Ottawa ha afirmado que un total de 14 personas entre sus diplomáticos y parientes que se encontraban en La Habana han sido afectados por los misteriosos síntomas consistentes con lesiones cerebrales cuyo origen es desconocido.
En 2017 Estados Unidos ordenó la retirada de la mayoría de su personal diplomático en La Habana tras detectar lo que en un principio calificó de ataque con armas sónicas.
La misteriosa dolencia está identificada con síntomas de lesiones cerebrales, como mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración.