El diario oficial Juventud Rebelde publicó este domingo un reportaje acerca de los sucesos que tuvieron lugar el lunes 17 de septiembre en el Instituto Politécnico Olo Pantoja de La Lisa, en La Habana.
Ese día, el diario 14ymedio informó sobre los hechos, al señalar que cuatro personas ajenas a esa escuela habían entrado temprano en la mañana y apuñalado a nueve estudiantes.
El jueves, en un escueto comunicado, la Dirección Provincial de Educación de La Habana confirmó esas cifras e informó que los heridos habían sido atendidos en hospitales y dados de alta el mismo día. No se ofrecieron otros detalles de los sucesos.
"Empezamos a sentir gritos de los estudiantes y algunos pasaban corriendo", cuenta la adolescente Sabrina Quintana Acosta, de 15 años y estudiante de segundo año de la especialidad de Construcción Civil.
Los testimonios de estas jóvenes dejan ver lo grave de la situación vivida durante los acontecimientos.
"Vimos como uno de los agresores hirió en la mano a uno de nuestros compañeros. Enseguida me acerqué a él, para ayudarlo", agregó su compañera de grupo, Thalía de la Caridad Silva Fernández.
Los entrevistados refirieron que, en medio del terror, los alumnos fueron concentrados en el comedor de la escuela, pero que uno de los atacantes entró allí, provocando la huida de muchos.
La trabajadora del centro docente Georgina Llorente Babastro contó a los reporteros que los atacantes irrumpieron en el lugar por la cerca del fondo. Ella misma mostró el pésimo estado de esa cerca perimetral, lo cual facilitó el acceso y salida de los atacantes.
"Estaba abriéndoles el aula a los muchachos cuando ellos entraron y, de pronto, se formó tremenda algarabía. De pronto siento a los estudiantes alterados saliendo del aula y veo a aquellos tipos con cuchillos en las manos", contó.
"Yo también me alteré y traté de sacar a los muchachos para protegerlos; les indiqué que corrieran, pues vi que era algo peligroso, fuera de lo común. Cuando los vi, ya estaban dentro de la escuela, pero jamás pensé que podrían cometer esa locura", agregó.
Una de las situaciones más peligrosas la vivió la maestra Juana Castillo Torres, quien refirió: "Fue una experiencia pésima, que nunca olvidaré. Cuando ocurrieron estos sucesos mis muchachos estaban en la clase de Educación Física. Me percaté de que había un hombre agrediéndolos y traté de entrarlos al aula. Uno de los asaltantes se acercó a nosotros, me tiró al suelo y me dijo con guapería: ¡Esto no es con las mujeres, es con los hombres!".
"Él había herido con una chaveta a uno de mis alumnos en un muslo. No me separé del estudiante, le dieron cinco puntos, se recupera y está bien anímicamente."
Yohandis Cueria Angulo, director del politécnico, ofreció otros detalles: "Había terminado el primer turno de clases cuando estos sujetos entraron con armas blancas a una de las aulas y empezaron a cortar a los muchachos. Se formó un gran desorden. Los estudiantes salieron asustados, los profesores comenzaron a combatir con fuerza a los agresores, quienes se vieron obligados a salir huyendo, pero ya habían dejado varios heridos.
"Ellos no buscaban a una persona específica, agredían al que se les ponía delante. Lo hacían al azar, incluso los lesionados son de distintas especialidades. Hubo profesores y alumnos fuertes que combatieron bastante, les lanzaron sillas a los asaltantes.
"Los agresores son jóvenes de entre 19 y 24 años de edad, y los alumnos de este centro tienen entre 15 y 17 años. Esta experiencia ha sido muy fuerte… Hay que ver este incidente desde todas las aristas, desde el impacto en los docentes hasta en la familia. En la escuela se hizo una reunión, pues los familiares solicitaban que se les aclararan muchas cosas, y en ese encuentro participó Ena Elsa Velázquez Cobiella, nuestra ministra de Educación."
La familiar de uno de los heridos declaró que, mientras atendían a su hermano, llevaron al mismo policlínico a uno de los agresores. "Parece que en el forcejeo él también estaba herido en una rodilla; pero a pesar de estar esposado, daba patadas, escupió a una enfermera, aquello no tenía fin", contó.
"Yo asistí el miércoles a la reunión de padres de la escuela. Allí hice varias preguntas respecto a la organización interna del centro. En este encuentro se aseguró a los padres que podían estar tranquilos, que no volvería a suceder, que habían tomado medidas importantes para la seguridad del politécnico. Esperamos que así sea", concluyó.
La declaración del MINED sobre los hechos, no obstante, se limitó a indicar que esta clase de sucesos eran "inaceptables y repudiables" y aseguró que "no quedarán impunes y que serán castigados con rigor".
La escuela Olo Pantoja se ubica en la avenida 51 y calle 222 y se ocupa de formar técnicos medios de la Construcción en especialidades de Carpintería, Albañilería y otros. Tiene una matrícula de 728 estudiantes y un claustro de 44 profesores.
El Gobierno acostumbra a mantener una férrea censura sobre los hechos violentos o delictivos que ocurren en las escuelas, de los que raramente se ocupa la prensa oficial. Los escasos reportes sobre violencia escolar, prostitución y acoso son realizados por la prensa independiente de la Isla.
La educación cubana, considerada durante décadas como una de las principales banderas del oficialismo, no ha escapado de la crisis que vive la Isla.
Juventud Rebelde, por su parte, se limitó a señalar: "Aunque es un acontecimiento inusual en las escuelas cubanas, deja lecciones de alerta, y ratifica la necesidad de continuar formando valores imprescindibles en la sociedad que construimos."