El Departamento de Estado de EEUU emitió una nueva alerta de viaje a Cuba este miércoles en la que pide a sus ciudadanos "reconsiderar" viajar a la Isla debido a los ataques de salud sufridos por empleados de la Embajada de EEUU en La Habana.
La nota del Departamento de Estado recuerda que "en los últimos meses, numerosos empleados de la Embajada de EEUU en La Habana parecen haber sido blanco de ataques específicos. Muchos de estos empleados han sufrido lesiones como consecuencia de estos ataques. Las personas afectadas han mostrado una variedad de síntomas físicos que incluyen molestias en los oídos y pérdida de la audición, mareos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos, problemas visuales y dificultad para dormir".
"Debido a que la seguridad de nuestro personal está en riesgo, y no podemos identificar el origen de los ataques, creemos que los ciudadanos estadounidenses también pueden estar en riesgo. Se han producido ataques en las residencias diplomáticas de los Estados Unidos y en el Hotel Nacional y el Hotel Capri en La Habana", prosigue Washington.
El Departamento de Estado recuerda que desde el 29 de septiembre recortó su personal diplomático en la Isla y que, por tanto, tiene "una capacidad limitada" para ayudar a los ciudadanos de EEUU en Cuba.
La nota concluye recordando que en caso de que algún estadounidense viaje a la Isla, debe evitar los hoteles Nacional y Capri.
El pasado mes de septiembre, junto a otras medidas, Washington emitió una primera alerta de viaje a sus ciudadanos en la que pedía que no viajaran a Cuba.
El Departamento de Estado de EEUU publicó, días después, en octubre, "restricciones hoteleras" para sus ciudadanos que viajen a Cuba en las que incluyó al Hotel Nacional y al Capri, ambos en La Habana.
Así, Estados Unidos dejó este miércoles a Cuba fuera de la categoría "no viajar" en el nuevo sistema de alertas del Departamento de Estado, que no incluye a ningún país americano ni europeo en esa clasificación.
No obstante, una alta funcionaria del Gobierno explicó en una llamada telefónica de prensa citada por EFE que "la valoración de la situación en la Isla no ha cambiado".
La funcionaria explicó que, cuando se retira todo el personal no esencial de una embajada como hizo Washington en La Habana en septiembre por los ataques, el país en cuestión se incluye directamente en las categorías 3 o 4 del nuevo sistema (las de "reconsiderar el viaje" y "no viajar", respectivamente).
Sin embargo, y pese a las repetidas preguntas al respecto, no explicó por qué a Cuba se la incluyó en la 3 y no en la 4, cuando su última alerta de viaje, precisamente emitida por esa crisis, pedía a los estadounidenses no viajar a la Isla.
Lo que sí mencionó, sin profundizar, es que en la categoría 4 se incluye a países donde hay "una alta probabilidad de riesgos para la vida".
En esa categoría Estados Unidos incluye a 11 naciones: Corea del Norte, Afganistán, Irán, Irak, Siria, Yemen, Somalia, Sudán del Sur, República Centroafricana, Libia y Mali.
No obstante, la funcionaria de Exteriores explicó que Estados Unidos no puede prohibir a sus ciudadanos que viajen a ningún país del mundo, y solo puede hacer recomendaciones.
La excepción es Corea del Norte: si un ciudadano estadounidense quiere viajar a esa nación, debe pedir antes una autorización para usar su pasaporte o, si no la consigue, utilizar, si tiene, uno de otro país.
Para las naciones de la categoría 3, la de "reconsiderar el viaje", Estados Unidos recomienda a sus ciudadanos "evitar viajar debido a los serios riesgos para la seguridad". En ese grupo incluye a seis países latinoamericanos: Cuba, Venezuela, Haití, Honduras, Guatemala y El Salvador.
Para Venezuela hace una advertencia añadida: "Hay áreas con riesgos de seguridad aún más altos".
En el nivel 2, "el de ejercer mayor precaución", de la región están México, Colombia, Nicaragua, República Dominicana y Guyana.
De la Unión Europea, en ese grupo están países como España, Francia, Alemania y Reino Unido, debido a la posibilidad de "ataques terroristas".
Sobre los llamados "ataques acústicos", poco se sabe hasta ahora: los sitios donde tuvieron lugar (las viviendas del personal diplomático, los hoteles Nacional y Capri), un número de afectados (24 estadounidenses y alrededor de una decena de canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.