El Departamento de Estado dijo este martes que Estados Unidos está considerando la posibilidad de que fuera un virus u "otro tipo de ataque" el que afectó a su personal diplomático en La Habana, reporta la agencia AP.
Funcionarios del Departamento de Estado hablaron sobre los llamados "ataques acústicos" ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Por primera vez admitieron no estar seguros de que los supuestos ataques sufridos por 24 estadounidenses en Cuba fueran una agresión acústica, como habían sostenido hasta el momento.
"Yo no descarto nada. No estoy diciendo que sea un ataque acústico, pero sí sabemos que hay un elemento acústico asociado con ellos, que puede ser parte de otro estilo de ataque", afirmó este martes el director adjunto de seguridad diplomática del Departamento de Estado, Todd Brown, en una audiencia en el Senado sobre este tema.
Esta audiencia se produjo después de que The Associated Press informara que un nuevo informe del FBI no muestra evidencia de la teoría inicial de un arma sónica como la causante de las afectaciones médicas.
Brown sostuvo, además, que los investigadores están considerando otras posibilidades, incluido un ataque viral: "La posibilidad de que alguien haya infectado deliberadamente a las personas con un virus no ha sido descartada".
Asimismo, dijo que no descartaría por completo algún componente de un ataque sónico. Dijo que hubo un "elemento acústico" en las sensaciones percibidas por los diplomáticos pero que es posible que el sonido enmascaró otra tecnología que causó el verdadero daño.
Charles Rosenfarb, de la unidad médica del Departamento de Estado, por su parte, afirmó que la evidencia sugiere que "no es un episodio de histeria colectiva. Hay hallazgos exactos en los exámenes médicos que no pueden ser fácilmente falsificados".
El secretario de Estado, Rex Tillerson, descartó este lunes enviar de vuelta a Cuba a los funcionarios diplomáticos de EEUU, dijo que de hacerlo estaría "poniendo a personas intencionalmente en peligro".
Sobre estos ataques, poco se sabe hasta ahora: los sitios donde tuvieron lugar (las viviendas del personal diplomático, los hoteles Nacional y Capri), un número de afectados (24 estadounidenses y alrededor de una decena de canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.
Todos los síntomas siguieron siempre a sonidos inexplicables ocurridos en las casas de los diplomáticos, lo que condujo a los investigadores a sospechar de un arma sónica.
Estados Unidos dijo que 24 de sus empleados padecieron estos síntomas, mientras Canadá ha informado que algunos de sus diplomáticos también fueron afectados, al igual que sus familiares, entre ellos niños.