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Política

Documentos confirman que hay niños canadienses entre las víctimas de los 'ataques acústicos'

De acuerdo con la correspondencia de los diplomáticos de Ottawa en La Habana, desde abril constan reportes de 'misteriosos problemas de salud'.

Ottawa

Niños canadienses se encuentran entre las víctimas de los "ataques acústicos" que tuvieron lugar en La Habana entre 2016 y 2017 y que afectaron a las misiones diplomáticas de Ottawa y Washington en la Isla, según documentos revelados por el Gobierno canadiense y citados por el diario National Post.

Este periódico canadiense bajo la ley de acceso a la información obtuvo la correspondencia de los diplomáticos de Ottawa en La Habana en la que se puede constatar que "los funcionarios de Global Affairs Canada descubrieron ya en abril que el personal de la embajada canadiense y sus familias en Cuba reportaban misteriosos problemas de salud".

"En mayo —prosigue National Post—, se apresuraron a determinar si los síntomas graves que estaban informando —incluidos, según los documentos, la pérdida de memoria, audición e incluso conciencia— podían ser psicosomáticos".

En septiembre pasado, una fuente cercana a la embajada del país norteamericano en la Isla citada por la AFP dijo que había niños canadiense entre los afectados por estos sucesos.

La prensa canadiense no detalla nada más de la correspondencia de los diplomáticos ni cifra la cantidad de niños supuestamente afectados por los "ataques acústicos".

En septiembre, la agencia AP informó que alrededor de diez familias canadienses habían sido afectadas y que tanto Ottawa como Washington habían desplegado investigadores criminales.

Sobre estos ataques, poco se sabe hasta ahora: los sitios donde tuvieron lugar (las viviendas del personal diplomático, los hoteles Nacional y Capri), un número de afectados (24 estadounidenses y alrededor de una decena de canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.

Washington y sus agencias de Inteligencia que están investigando los incidentes no han ofrecido conclusiones de su investigación, pero La Habana no para de repetir hasta el cansancio sus argumentos sobre la inexistencia de estos ataques.

La Habana ha echado mano de grillos y cigarras y hasta de un trastorno psicológico para explicar algunos "ataques acústicos".

Asimismo, el Gobierno cubano ya ha llevado al terreno político y metafórico los incidentes que afectaron a una treintena de diplomáticos norteamericanos en La Habana y ha sustituido el rótulo de "ataques acústicos", por "Maine acústico" para minimizar los incidentes y volver a su vieja retórica de la enemistad entre ambos gobiernos.

A raíz de los supuestos ataques, Washington ha retirado a más de la mitad de su personal en La Habana, expulsado a dos tercios de los funcionarios de la embajada cubana en Washington y recomendado a los estadounidenses que no viajen a Cuba.

El Gobierno canadiense no ha tomado ninguna medida similar.

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