El programa político Mesa Redonda que se transmite casi a diario en la Isla dedicó su emisión de este lunes a los "ataques acústicos" que sufrieron los diplomáticos estadounidenses y canadienses en La Habana.
Bajo el título "Desmontando el Maine sónico", miembros del Ministerio del Interior (MININT), especialistas médicos y profesores universitarios elucubraron y disertaron sobre los incidentes sucedidos en la capital cubana. El programa fue moderado como siempre por su director, el periodista oficialista Randy Alonso.
Alonso dijo que su intención era "seguir desmontando este intento de Maine sónico que se han inventado ciertas fuentes interesadas en los EEUU".
Entre estas fuentes "interesadas", dijo, se encontraban "funcionarios de EEUU, el senador Marco Rubio y otros sectores anticubanos".
"La prensa norteamericana rumiaba ante la falta de informaciones de peso, sectores interesados dentro de la Administración y de otros estamentos políticos de Estados Unidos filtraron a los medios un tema que hasta entonces había sido atendido por las dos partes por la vía diplomática: la existencia de un supuesto cuadro de salud en algunos funcionarios estadounidenses que laboraban en la embajada de Washington en La Habana, provocada por una causa de origen desconocido", afirmó Alonso al inicio del programa.
Sobre este término "Maine sónico", una metáfora que ha comenzado a usar La Habana para minimizar y matizar los "ataques acústicos", ya había abundado Alonso la pasada semana en una entrevista con Sputnik y Radio Uruguay, a las que explicó qué quería decir.
"Más que de ataque sónico hay que hablar del 'Maine sónico'. El acorazado Maine fue el barco que explotaron en el puerto de La Habana para justificar la intervención de EEUU en la guerra hispanocubana. Y esto que estamos hablando es un nuevo 'Maine' para torpedear las relaciones entre Cuba y EEUU", dijo.
Por la Mesa Redonda desfilaron varios médicos, entre ellos el doctor Manuel Jorge Villar Kuscevic, especialista en segundo grado de otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello.
Según Villar Kusscevic los síntomas descritos en el documento que dio Washington a La Habana como parte de las investigaciones, "pueden pertenecer a más de 20 enfermedades diferentes".
Las principales hipótesis de investigación, agregó, fueron "el análisis de la posibilidad de daños por agentes sónicos, la existencia de otras causas médicas y la evaluación de una causa sociopsicológica".
Habló de la posibilidad de que estos síntomas hubieran sido causados por "la hipertensión arterial, laberintitis (inflamación del laberinto del oído interno) o por neuronitis y la otosclerosis".
Sin embargo, dijo que descartaron el tema infeccioso y el tóxico.
También apareció en la Mesa Redonda, la doctora Martha Beatriz Martínez Torres, especialista en primer grado en otorrinolaringología, quien también secundó a Vilar Kuscevic descartando padecimientos auditivos.
Por último, el doctor en Ciencias Físicas, Carlos Barceló Pérez, añadió que "la exposición por arma acústica no puede ser confirmada. No es posible".
Después de todo un recorrido por patologías, el psicólogo y catedrático de la Universidad de La Habana, Dionisio Zaldívar Pérez, afirmó que "descartadas las otras posibles causas y atendiendo a la sintomatología mostrada y luego de consultar la literatura podemos decir que coinciden con trastornos de este tipo (psicológicos). Exactamente ocurren en ambientes cerrados, donde las personas no comparten una visión cultural o existe determinada tensión y se produce como un contagio".
Además, fueron citandos otros especialistas entrevistados por agencias de prensa y publicaciones internacionales que han cuestionado la existencia de los "ataques acústicos".
Por la Mesa Redonda desfilaron, además, altos oficiales del MININT encargados de las investigaciones.
El coronel Ramiro Ramírez Álvarez, jefe del Departamento de Seguridad Diplomática del MININT, dijo que el Gobierno cubano "es garante de la Convención de Viena en su totalidad", en alusión a las acusaciones hechas por Rex Tillerson el pasado agosto en las que responsabilizó a las autoridades cubanas de la seguridad de los diplomáticos.
Asimismo, Ramírez Álvarez afirmó que uno de los afectados por los "ataques" era el Jefe de la Oficina Regional de Seguridad de la Embajada estadounidense en Cuba.
El coronel, además, recalcó que les llamó la atención que las autoridades de EEUU les notificaran los incidentes el 17 de febrero de 2017, meses después cuando, dijo, "siempre ha existido una buena comunicación entre ambas partes, incluso hemos tenido hasta reportes de perros que se han perdido del personal diplomático".
Añadió, además, que le dieron tratamiento "de manera priorizada" a esta situación y dieron instrucciones al MININT "para incrementar la protección" de los diplomáticos, entre ellos la habilitación de cinco líneas telefónicas exclusivas para los estadounidenses.
Por su parte, el teniente coronel Roberto Hernández Caballero, investigador de la Dirección General de Investigación Criminal y Operaciones del MININT, afirmó que "lo primero fue comprender de lo que se estaba hablando, ya que en Cuba no existe esa tecnología —ni se importa ni se fabrica—.Se buscaron varias fuentes para conocer más sobre esa materia, las características y los efectos".
Habló de la investigación que han realizado, que según él, ha incluido la conformación de un grupo de peritos (médicos, científicos, físicos y otros especialistas) y entrevistas a 300 vecinos de los diplomáticos.
Recalcó el reclamo de La Habana de tener acceso a las víctimas "para verificar lo que sintieron" y se quejó de que solo han tenido acceso a un informe y a las grabaciones de lo que oyeron los diplomáticos.
Ambos altos cargos del MININT volvieron una y otra vez a remarcar la idea de la inexistencia de estos ataques, bien usando argumentos anecdóticos o recurriendo a citar a expertos.
La Mesa Redonda también volvió a repetir las conclusiones que la semana pasada dio el Gobierno sobre la investigación que habrían realizado más de 2.000 expertos:
-Se demostró que no existen evidencias que indiquen la ocurrencia de los alegados ataques acústicos.
-No ha sido posible establecer hipótesis investigativas sobre el origen de estos hechos.
-Tampoco se han identificado posibles autores ni personas con motivación, intención o medios para ejecutar este tipo de acciones.
-El equipo médico y científicos cubanos luego del análisis técnico pericial a las muestras sonoras entregadas por Estados Unidos, certificaron la imposibilidad de que estas causaran las afectaciones a la salud descritas por los diplomáticos.
-No se ha obtenido evidencia de la existencia en el país de ningún equipamiento emisor del sonido como el que describe la parte estadounidense. No se han detectado intenciones, planes o la introducción al territorio nacional de estos equipos por la frontera aérea o marítima.
Al finalizar la Mesa Redonda, el periodista oficialista Alonso repitió que "no hay evidencia alguna de ataques sónicos ni de ningún otro tipo contra funcionarios estadounidenses destacados en su embajada en La Habana".
"Estados Unidos no ha podido aportar hasta ahora ninguna prueba concreta que evidencie tales hechos y lo que sí está claro es que hay una evidente manipulación política de sectores en los EEUU interesados en sabotear las relaciones entre los dos países, encabezados por el senador Marco Rubio", concluyó Alonso.
En ningún momento en todo el programa se aludió a los diplomáticos canadienses afectados por los "ataques acústicos".
Sobre estos ataques, poco se sabe hasta ahora: los sitios donde tuvieron lugar (las viviendas del personal diplomático, los hoteles Nacional y Capri), un número de afectados (24 estadounidenses y cinco canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.
Washington y sus agencias de Inteligencia que están investigando los incidentes no han ofrecido conclusiones de su investigación.