El Departamento de Estado de EEUU defendió el martes su respuesta a los misteriosos "ataques acústicos" que han sufrido 22 de sus funcionarios en Cuba, después de que una presunta víctima de esos incidentes denunciara que el Gobierno de Donald Trump gestionó "mal" y con lentitud los incidentes, reportó EFE.
"En cuanto el Departamento de Estado se dio cuenta de que había un patrón (que unía todos los incidentes), reaccionó extremadamente bien", aseguró la portavoz de la diplomacia estadounidense, Heather Nauert, en una conferencia de prensa.
La cadena de televisión CBS News publicó el martes una entrevista con una presunta víctima de los misteriosos "ataques" registrados entre finales de 2016 y el pasado agosto, que afirmó que el Departamento de Estado ignoró durante meses las quejas de los funcionarios que aseguraban tener síntomas físicos.
"¿Por qué les llevó tanto tiempo organizar la retirada, sacar a los cónyuges y los niños de allí? No sé cómo pueden justificar dejar a alguien allí ahora mismo, pensando en términos de seguridad", dijo a CBS la víctima, que pidió el anonimato.
El afectado o afectada argumentó que el Departamento de Estado "trató de esconder" lo que ocurría y que algunos funcionarios que trataban de "proteger" a sus compañeros "fueron ignorados".
Preguntada al respecto, Nauert aseguró que había hablado con uno de los funcionarios que trabajaban en Cuba y han tenido que regresar a Washington por orden del Departamento de Estado —aunque no era una víctima de los ataques—, y que éste le había asegurado que la respuesta oficial había sido adecuada.
"Quizá hay alguien que no está de acuerdo con eso, pero en general nuestra gente se siente apoyada por nosotros", indicó Nauert.
Reconoció, sin embargo, que entre los afectados había "síntomas diferentes", y que "llevó un tiempo darse cuenta de que todos esos síntomas tan poco comunes tenían algo en común".
EEUU ha reducido al mínimo su personal en La Habana y ha expulsado a 15 funcionarios de la Embajada cubana en Washington en respuesta a los misteriosos ataques, que provocaron síntomas como pérdida de audición y problemas cognitivos, y de los que aún se desconoce la causa.
El Gobierno estadounidense no ha culpado, por ahora, al cubano por los ataques que han causado síntomas físicos a varios de sus diplomáticos en la isla, pero sí acusa a La Habana de no haber cumplido con su obligación de garantizar la seguridad de los funcionarios estadounidenses en su territorio.
El Gobierno cubano ha negado toda relación con los incidentes, y la drástica respuesta de Washington ha elevado las tensiones bilaterales, que ya habían aumentado a raíz de la llegada al poder del presidente de EEUU, Donald Trump.