El senador cubanoamericano Marco Rubio rechazó nuevamente este domingo la posibilidad de que el Gobierno cubano no sepa nada de los "ataques" de naturaleza desconocida que han sufrido 21 diplomáticos estadounidenses, al menos cinco canadienses y sus familiares en La Habana.
La sociedad cubana es "una de las más fuertemente controladas y monitoreadas del mundo", dijo Rubio, republicano por Florida, en una entrevista con el programa Face The Nation, de la televisora CBS, recogida por The Hill.
"Cualquiera que haya interactuado con Cuba, estado en Cuba o tenido algo que ver con Cuba, entiende que muy pocas cosas suceden en La Habana que el Gobierno no sepa, especialmente [lo relacionado con] los estadounidenses que trabajan para el Departamento de Estado", dijo Rubio, preguntado sobre si existe alguna evidencia de que el régimen de Raúl Castro esté detrás de los ataques.
"Por tanto, la idea de que más de 20 estadounidenses que trabajan para el Departamento de Estado, que trabajan para la Embajada de Estados Unidos, sean severamente dañados en Cuba y el Gobierno de Cuba no sepa nada sobre eso es ridícula", razonó.
Rubio dijo estar de acuerdo con la reducción, en más de la mitad, del personal estadounidense en La Habana.
"Solo pienso que es justo y recíproco para nosotros pedir una reducción proporcional de la embajada cubana y de la presencia de diplomáticos cubanos en Estados Unidos", añadió.
Los supuestos "ataques acústicos" han provocado a los diplomáticos afectados pérdida permanente de la audición, migrañas, fatiga, deficiencias cognitivas y problemas para dormir, entre otros daños.
Una de las principales consecuencias de la reducción de personal en la embajada estadounidense en La Habana es la suspensión de la tramitación de visados por tiempo indefinido.
El Departamento de Estado ha dicho que mantendrá al mínimo su personal en la Isla hasta que La Habana pueda garantizar la seguridad.
El Gobierno cubano no ha desmentido que los incidentes ocurrieran, pero ha calificado de "precipitada" la decisión de Washington y ha negado varias veces su responsabilidad en los incidentes, a pesar de que estaba obligado a proteger a los funcionarios estadounidenses y canadienses en virtud de los convenios internacionales sobre relaciones diplomáticas que ha firmado.
La inteligencia cubana no ha sido capaz de detener los ataques. Los primeros ocurrieron en noviembre de 2016 y el más reciente se produjo en agosto.
Ni La Habana ni Washington han podido determinar autor o autores de estos ataques, ni el tipo de tecnología que se ha utilizado para perpetrarlos.