El castrismo no puede existir sin un sistema cotidiano de desmotivación. La prensa, la radio y la televisión, forman parte de ese sistema, pero también el desgano, la cobardía y la miseria, que corren parejos en los sistemas totalitarios. De ahí que eventos que en las democracias son cotidianos, como el cuestionamiento, el señalamiento frontal y la ironía social o política, devienen noticia cuando acontecen en nuestro país.
Cuando Roberto Carcassés relacionó la marihuana con los cinco espías cubanos asociados al asesinato ordenado por Fidel Castro de los pilotos de Hermanos al Rescate, y que purgaban contundentes penas de prisión en los Estados Unidos, el video dio la vuelta al país entero. El artista pidió la libertad de los cinco espías, conjuntamente con la de María, que es el modo popular de llamar a la marihuana. Roberto Carcassés es un músico extraordinario y a la difusión del video de su audacia se le sumó el hecho de que fue visto en televisión, pues el acto era público, y precisamente de exaltación de los cinco espías que para el castrismo eran "cinco héroes", aunque ya había uno en Cuba.
No he dejado de pensar en este acontecimiento a partir de escuchar un archivo digital de audio que ha llegado a mí por intermedio de Wilfredo Vallín, el director de la Asociación Jurídica Cubana, y que tiene por título "Yunior García Asamblea AHS". Esa es toda la información que se puede presumir de la persona que dirige una serie de preguntas y que, según él mismo dice, no precisan respuestas. Lo demás puede deducirse del mismo audio.
Yunior García trabaja en el teatro, pertenece a la Asociación Hermanos Saíz (AHS), la organización de masas que agrupa a los artistas jóvenes, y a la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Como además conozco a Yunior García personalmente, sé también que es actor, dramaturgo y director teatral. En su alocución, el artista alaba el sistema de becas y premios de la AHS por su efectividad y capacidad de movilización artística. Echa en falta una política semejante en la UNEAC.
En la reunión está presente el primer secretario del PCC en Holguín, Luis Antonio Torres Iríbar. Inmediatamente después de su introducción, Yunior García anuncia que realizará 15 preguntas que cree pertinentes porque una reunión como aquella debe ser también para hablar de Cuba, de la "patria que vivimos y que soñamos".
La primera pregunta de Yunior García dice así: "¿Por qué no dedicar una Mesa Redonda a analizar los derechos que hemos ido alcanzando con Raúl?" El artista recuerda la compra-venta de viviendas, carros, celulares, la eliminación del "permiso de salida" para viajar al extranjero, el derecho de "revisar internet" y hospedarse en un hotel. Derechos que, afirma, "no teníamos con Fidel".
Siguen después: "¿Por qué la periodista Cristina Escobar es más bonita y más joven que Randy Alonso pero tiene el mismo feo discurso? ¿Por qué el papa tiene que lanzar bulas y los cubanos tienen que lanzar 'bolas'? ¿Por qué algunos dirigentes descuidan el presupuesto para proteger la cultura y otros descuidan la cultura para proteger el presupuesto? ¿Por qué se dice que Iríbar va como primer secretario para Varadero?”
Cuando llega a este momento de sus preguntas, Yunior García se interrumpe para hablar directamente al primer secretario del PCC. Le asegura que la interrupción de sus palabras no ocurriría si Luis A. Torres Iríbar no estuviera en la reunión, pero que aprovecha su presencia para hablarle directamente.
El artista le llama la atención al primer secretario del PCC por su distanciamiento de los eventos culturales en la ciudad de Holguín y por su ausencia de las actividades relacionadas a la visita del papa Francisco, meses atrás. Dice Yunior García a Luis Antonio Torres Iríbar que un rumor generalizado en la población de Holguín asegura que "cuando la situación del dengue y del cólera estaban en su peor momento usted estaba en Varadero".
Inmediatamente después continúa Yunior García: "¿Por qué los policías en Estados Unidos matan afroamericanos y los de Holguín dan tiros por la espalda? ¿Por qué criticábamos la ley antinmigrantes de Arizona si todavía los 'palestinos' necesitamos un permiso de residencia o una residencia transitoria para trabajar en La Habana? ¿Por qué criticamos un mundo hegemónico si dentro de Cuba vivimos la hegemonía del partido único? ¿Por qué si ya legalizamos la piratería no legalizamos también la corrupción y obligamos a los corruptos de nuestra instituciones culturales, que todos sabemos quiénes son, a que paguen impuestos por lo que nos roban? ¿Por qué el vocablo 'cojones' es una mala palabra y no lo son 'censura', 'corrupción' y 'doble moral'? ¿Por qué cuando creíamos que la censura había desaparecido del teatro cubano aparece el caso de Juan Carlos Cremata?, ¿Por qué no realizamos una encuesta, para saber cuántos ciudadanos holguineros conocen el nombre del presidente o la presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular? ¿Por qué todos los años crece el PIB y baja el presupuesto de Cultura? ¿Por qué a quien intenta revolucionar las cosas se le tilda de contrarrevolucionario? ¿Y por qué algunos amigos tenían miedo de que yo leyera estas preguntas?".
Se escucha entonces en el público la voz de "Bravo" y un aplauso cerrado que reconoció el valor personal de Yunior García pero también su brillante exposición de los problemas esenciales de Cuba.
Las quince preguntas de Yunior García quedarán grabadas en mi memoria por el brillo con el que denuncia la deficiencia institucional que significa el partido único, la violencia implícita en una ley antinmigrantes que impide pasearse por La Habana a compatriotas que no residen en ella, y que ha provocado que por casi dos décadas se les aprese y deporte. Todo ello una vergüenza que nuestros periodistas oficiales no reflejan, los colegas del discurso viejo de Randy Alonso y Cristina Escobar, según palabras del artista.
La corrupción institucional; el crecimiento económico a costa de las rebajas brutales de la seguridad social, las políticas culturales y demás rubros humanos; el encubrimiento de las terribles dimensiones de las epidemias que asolan nuestro país; el desentendimiento de quienes deben ser servidores públicos, supuestamente nuestros políticos; la impunidad de nuestros militares; y la ascendencia social del miedo, tan brillantemente denunciada en su última pregunta: todo esto fue puesto en evidencia por la intervención de Yunior García, que ya cuando se sentó, había sido actor y autor de una extraordinaria performance.
Por mi parte me limito a proponer a las autoridades de este país que pongan a Yunior García de diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular. En el pasado no les ha sido difícil poner y quitar diputados, algunos hasta responsabilizados con la suerte de sus supuestos votantes. Incluso pienso que el artista podría ser miembro del Buró Político y, ¿por qué no?, su presidente. Es opinión general que si lo puede ser Raúl Modesto Castro Ruz, casi lo puede ser cualquiera, y queda claro que Yunior García, con sus preguntas, es mucho más que eso.