La rebaja de precios para la carne de puerco en puntos de venta estatales provocó largas colas de ciudadanos. Las tarifas del sector privado, que en los últimos dos meses se aproximaron a los 30 pesos la libra (moneda nacional), llevaron a que parte de la población esperara hasta última hora para adquirir el plato fuerte de la cena de fin de año.
El anuncio de que los precios estatales bajarían a 21 pesos la libra —con un rumor de que podrían descender hasta 18— y que el producto se comercializaría a partir de la mañana de este miércoles 30, estimuló la aglomeración en varios puntos de venta improvisados por el Gobierno.
En el parque ubicado en calle 17 entre 6 y 8 los vecinos de los alrededores comenzaron a "organizar la cola" desde la tarde del martes, y a tempranas horas de la madrugada del miércoles sobrepasaba las 200 personas.
"Ya es obstinante que en este país, para llevarse un bocado de comida a la boca, tenga uno que estar días correteando y haciendo colas", se quejó Héctor Crespo, residente en Nuevo Vedado.
"Ni siquiera la cena de fin de año te la puedes comer con alegría porque después de las broncas en la cola, se te quita el deseo de todo. Lo más jodido es que después de pasarte el año entero comiendo puerco tengas que fajarte por lo mismo, porque el Estado no ofrece variedad de ofertas; ni pescado, ni marisco… nada, solo perro caliente y picadillo", concluyó.
En los puestos estatales del EJT [Ejercito Juvenil del Trabajo] las ofertas de productos agropecuarios escaseaban desde mediados del mes de noviembre, tanto en productos cárnicos como en viandas y vegetales.
"Ni cebollas, ni ajos, ni boniatos, ni lechugas. Te podrás imaginar que en los agromercados particulares se dispararon los precios, y una libra de tomaticos murrios llegó a costar hasta 15 pesos la libra", dijo Yanelis Herrera, una vecina del Cerro.
"Vine hasta este punto del Vedado porque es una zona mucho más tranquila. En mi barrio la cosa es más caliente y una no está para una desgracia en fin de año, y menos por un mísero pedazo de carne de puerco", agregó.
Margarita Bermúdez, que llegó desde Santo Suárez sobre las 2:00 de la madrugada, contó que "había cuatro colas" y a esa hora "la menos numerosa ya rondaba las cien personas".
"Imagínate, la clásica estrategia del cubano en el otro deporte nacional, que son las colas, marcando turnos para los vecinos y los amigos. Todo este traqueteo demuestra que el Gobierno ni siquiera tiene puerco para tanta gente. Aquí estamos haciendo chistes, pero en la vida real esto es muy triste".
La mayor parte de los presentes en el parque, apertrechados con agua, panes y hasta música, dudaban a la hora de emitir "criterios calientes" por el temor de que "en la oscuridad estuvieran acechando los chivatones".
"La gente del Gobierno debe estar alerta de que esto, que es provocado por ellos mismos, se les pueda ir de las manos", afirmó Ian Cabrera, vecino de Centro Habana.
Otra de las preocupaciones de los presentes era sobre si la carne estaría fresca o si llevaba "añejada meses en los frigoríficos del Estado".
"Tal parece que el único propósito de esta Revolución es mantenernos así, bien apretaditos y sofocados, para no pensar que la política no cabe en la azucarera… ni en un pernil de puerco", criticó Ian.