La pasada semana los médicos cubanos tuvieron acceso a internet (25 horas al mes), el conocido servidor Infomed pasó a formar parte del globalizado mundo de las comunicaciones. Trabajo costó, pero llegó, aunque el internet al que acceden los médicos cubanos a partir de ahora es lento, lentísimo y más que por ancho de banda debería medirse por estrechez de banda. Así y todo, es un paso de avance hacia el desarrollo.
Por otra parte, como esto ha ocurrido en Cuba, los médicos se han ido enterando poco a poco por "Radio Bemba". Nada de comunicarlo por medio de la prensa escrita, radial o televisiva. Las autoridades encargadas de llevar a cabo los cambios, al parecer, no tienen autorización para comunicarlo ni siquiera a los interesados. Todo ha sucedido en secreto, y así los propios médicos beneficiados anuncian con un susurro la buena nueva, y esto solo a los más allegados, porque no se sabe que pueda ocurrir si a alguno lo sorprenden en tamaña indiscreción.
Internet, WiFi ("uifi" se le dice en nuestro país), los teléfonos inteligentes y las tabletas, están revolucionando Cuba, pero no como pensaban algunos al estilo de la llamada Primavera Árabe, están cambiando las mentes, y han demostrado ser infundados los temores de algunas personas ancladas en la época de las cavernas, acerca de grandes cataclismos sociales provocados por las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.
Los médicos buscan afanosos cualquier dato referente a su profesión, los jóvenes van a los videojuegos, los familiares y amigos chatean y se ven las caras por IMO, los estudiantes investigan sobre las materias de estudio, los blogueros y periodistas se informan y publican sus ideas, opiniones que pueden estar o no equivocadas, pero es un derecho, porque internet, a pesar de todo y por sobre todo, es quizás el hecho más democrático ocurrido en la historia de la humanidad.
Con un clic digo lo que quiero, con un clic me entero de lo que me interesa y hasta de lo que no, y con otro clic escapo de las cosas desagradables y de la ciberbobería que inunda la red; pero lo más importante es que yo tomo las decisiones, cada uno tiene el control de lo que hace, y eso se siente bien.
Los vocablos chatear, bloguear, postear, ya forman parte del lenguaje cotidiano entre un número aún pequeño de cubanos pero, que según promesas de directivos de la rama de las comunicaciones y la informática, se ampliará no solo porque habrá más equipamiento, sino porque será rebajado el precio de la tarifa. ¡Albricias!
El mundo cambia y Cuba cambia aunque sea a regañadientes, no están lejos los días en que se criticaba con un deje de amargura las ganancias que obtenían las empresas productoras de las más modernas tecnologías (Carta de Fidel Castro al VII Congreso de la UNEAC, 1 de abril de 2008), sin detenerse a mirar los beneficios que estas traen a las economías de los países que las explotan, sin importar que sus gobiernos sean diestros o siniestros.
Dentro de un tiempo habrá quedado atrás el oscurantismo tecnológico, los bloqueos mentales con su cacería de antenas parabólicas y cables camuflados. El miedo a internet ya pertenece a otra época que ojalá quede en el pasado para siempre y podamos ver el mundo desde la comodidad de nuestros hogares, adquirir conocimientos que hoy nos están vedados y ver más a menudo a los nietos que nos nacerán en lugares lejanos.