La sexóloga Mariela Castro Espín volvió a relativizar la responsabilidad del régimen de su tío, Fidel Castro, en la persecución de los homosexuales durante la década de los sesenta. "'No se le podía pedir a la Revolución cubana que fuera más extraordinaria de lo que fue", dijo la directora del Centro Nacional de Educación para la Salud (CENESEX) en una entrevista concedida al suplemento Soy, del diario argentino Página/12.
"No bastó el proceso revolucionario para cambiar todos los esquemas previos. En el mundo se reproducían y se siguen reproduciendo miradas que conducen a inequidades y a discriminación. Despojarse de todos esos esquemas de pensamiento no es tan sencillo. En el salto cualitativo que dio la Revolución a una nueva sociedad, son los mismos seres humanos procedentes de distintas partes los que reproducen los esquemas que habían aprendido", afirmó.
Interrogada sobre si debería hacer autocrítica por la "ferocidad" con la que el régimen trató a los homosexuales, Castro Espín dijo que ella pertenece a otra época.
"Autocrítica no puedo hacer porque yo no he tenido nada que ver. Sí hago una valoración crítica", declaró.
En entrevistas pasadas, Mariela Castro ha exculpado a Fidel Castro de lo ocurrido entre 1965 y 1968, cuando centenares de jóvenes homosexuales, religiosos y otros ciudadanos molestos para el régimen fueron enviados a los campos de trabajo forzado conocidos como Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).
"Fidel Castro fue víctima de más de 600 intentos de asesinato. No podía ocuparse de todo, y por lo tanto delegaba muchas tareas", dijo en febrero de 2013.
El centro que dirige desde 2000 la hija de Raúl Castro promueve el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBT en la Isla, pero es acusado con frecuencia de hacer la vista gorda en cuanto a la represión de los homosexuales y transexuales opositores al Gobierno.
En la entrevista con el suplemento de Página/12, Castro Espín reiteró que actualmente se realiza un estudio "sobre la homofobia en las unidades militares" en los años sesenta.
La investigación "revela que en aquellos años lo verdaderamente homofóbico era el procedimiento de reclutamiento al servicio. Se segregaba a grupos de homosexuales, a grupos religiosos y otros grupos que eran identificados en forma peyorativa. Hubo un momento en el que también se opinó que los homosexuales no podían ser maestros, porque transmitían 'el mal ejemplo'. Eso para mí fue lo peor que pasó, peor que las unidades militares que a los tres años de creadas se cerraron", afirmó, pasando por alto las denuncias de torturas, muertes violentas y suicidios.
"Tampoco se le puede pedir más a la Revolución Cubana en un contexto en el que las ciencias médicas patologizaban la homosexualidad. El mundo entero era homofóbico", justificó la sexóloga.
'Homofobia blanda'
A una pregunta sobre si Cuba sigue siendo homofóbica, Castro Espín respondió que se trata de "una homofobia blanda, no violenta".
"No existen crímenes de odio, pero se da un tipo verbal contra los homosexuales, contra las mujeres", dijo. Sin embargo, un abogado de la institución que ella dirige señaló en marzo pasado que "un número alto" de casos de asesinatos y homicidios que ocurrieron en Cuba durante los dos años anteriores tuvieron como víctimas a personas homosexuales.
Manuel Vázquez Seijido, asesor jurídico CENESEX, reveló que "un elevado porcentaje" de los casos estaba aún "sin resolver".
Castro Espín encausó, no obstante, su respuesta hacia los problemas que enfrentan los homosexuales quieren integrante a la vida política de interés para el régimen.
"Yo he escuchado cuando alguno ha querido entrar al Partido (Comunista), pero dicen: 'Ese no tiene condiciones'", criticó.
Se quejó de los obstáculos que ha encontrado para que se lleguen a discutir en el PCC los derechos de la comunidad LGBT.
"El Partido Comunista es el que te abre y te cierra los caminos, diría yo, atrevidamente", afirmó.
Reconoció que el PCC se ha resistido a los reclamos de la comunidad LGBT y que los avances en ese campo son escasos, mientras otros países de la región, como Argentina y Uruguay, van a la vanguardia en la defensa de los derechos de los homosexuales.
"Superar a Argentina está difícil", admitió la hija de Raúl Castro. "En Argentina, las organizaciones han luchado duro y parejo, para mí es un ejemplo (…) También hubo avances en Uruguay, en el Distrito Federal de México... Me da mucho orgullo como latinoamericana", dijo.