Más de 30 grados Celsius. Periodo vacacional. Centenares de estudiantes que buscan recreación junto a otros jóvenes, entre desocupados y profesionales, padres y niños, necesitados de paliar el caliente verano.
Las piscinas públicas siempre fueron una solución barata ante la lejanía del mar. Estas piscinas —incluso en pleno "periodo especial"— siempre han sido alternativas para una juventud pujante y "desalariada" que no cuenta con presupuesto para ir a las piscinas de los hoteles América, Los Caneyes o La Granjita.
"Santa Clara, para ser perfecta, solo le falta el mar", comenta un estudiante de filosofía, "pero también es imperfecta en cuestiones organizativas".
Afirma que la piscina de la universidad estuvo llena casi todo el curso y no la dejaban usar. Y ahora, en verano la vaciaron completamente. ¿Por qué?
"Y no solo esa", comenta otro universitario, "otras llevan años vacías o están cerradas, o solo prestan servicios para entrenamientos de natación como las de la universidad de deportes. Entonces, ¿qué opciones tenemos en este verano?"
"La única que prestó servicios hasta hace poco fue la del Círculo Juvenil, pero a finales de julio cerró", explica Joel Padrón, encargado de la recreación en la secretaría de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en Santa Clara, quien balbuceó cuando fue interrogado acerca del problema. "Es que… necesitan mantenimiento, reparación y cloro… además de que hay cólera…"
Y es que el cólera ha venido a ocupar el lugar que siempre ha tenido "el bloqueo". Hoy, si hay algún problema en Santa Clara, es por culpa del cólera, por los esfuerzos que se hacen y porque la medicina es gratis y todo lo demás. Y sí, hay cólera, pero también necesidades de recreación ¡y tremendo calor!
El cloro también atentó contra la recreación estival, pues la fábrica de cloro provincial que, con sede en el municipio Sagua La Grande produce el compuesto para todo el país, lleva tiempo rota, lo cual crea un déficit en el uso del químico, imprescindible para el tratamiento del agua de las piscinas. La empresa sagüera, única en el país y segunda en Latinoamérica, no es priorizada y existe un éxodo de trabajadores que se niegan a laborar allí. Además, desde hace tres meses presenta serias roturas.
Y sí, en pleno verano un producto puede escasear, y aparecer una epidemia, pero los problemas de mantenimiento y reparación de las piscinas —dos razones principales para su cierre— se pudieron haber previsto desde enero, en pleno invierno. Incluso antes. Solo es cuestión de negligencias.
Preguntado Joel Padrón sobre la necesaria previsión para estos temas, contestó que no tenía ni idea de ello, dejando claro que no hubo un asesoramiento sobre el déficit, ni previeron la posibilidad de que faltara cloro, reparaciones, mantenimiento… o de que hubiera cólera.
Otras soluciones de esparcimiento son los ríos y las presas, pero el baño en ellos está prohibido por Salud Pública, por los más de 40 casos de enfermedades diarreicas que han asaltado a la ciudad . "La UJC no impulsa la recreación en estos ríos, y aunque cualquiera puede ir, es ilegal", afirmó Padrón.
En plenas vacaciones santaclareñas jóvenes estudiantes, desocupados, profesionales, padres y niños, necesitan paliar el caliente verano, pero las piscinas santaclareñas están secas. Todo por culpa del cólera, sería la respuesta oficial.