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Represión

Una anciana cuentapropista se desnuda en 23 y L para protestar por los abusos de los inspectores

Dos funcionarias le decomisaron el carrito con el que vendía maní y golosinas, según testigos.

La Habana

Una mujer de 64 años se desnudó el viernes en la céntrica esquina habanera de 23 y L, para protestar durante casi una hora por lo que consideró un "abuso" de dos inspectoras estatales, informaron a DIARIO DE CUBA testigos que solicitaron el anonimato.

Con gritos de "¡Ay, Fidel, ven a ver esto!", la mujer, identificada como Gladys, se quitó toda la ropa —excepto el sostén— y la arrojó a la calle, después de que dos funcionarias de los cuerpos de "inspección integral" le decomisaran un carrito de supermercado con el cual vendía maní y golosinas en la esquina de 21 y L, dijeron las fuentes.

El incidente ocurrió sobre las 2:30 de la tarde. Allegados de la anciana aseguraron que posee la licencia para realizar la actividad por cuenta propia. De hecho, intentó colgársela del sostén cuando se dirigía hacia los bajos del Hotel Habana Libre, pero otras personas la persuadieron de que no lo hiciera, indicaron los testigos.

Los vendedores ambulantes, muchos de ellos ancianos, tienen prohibido permanecer en un lugar fijo. Si lo hacen, pueden ser multados. Los conflictos con los inspectores frecuentemente terminan con el decomiso de la mercancía, incluso si la licencia está en regla.

Cuando dos mujeres agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) trataron de vestirla, Gladys se negó y comenzó a caminar hacia el Habana Libre. Allí protagonizó la mayor parte de la protesta, acompañada por curiosos que plantaron cara a una docena de policías, aseguraron los testigos.

"Cuba es libre para todos", gritaron varios de los presentes cuando la Policía intentó dispersarlos, relataron las fuentes. "De la acera no nos pueden botar".

Señalaron que los gritos de "Suéltenla" y la presión de quienes acudieron a presenciar la protesta, impidieron que los agentes introdujeran a la mujer en un auto patrullero.

"Venga a ver cómo está esto aquí, no podemos hacer nada", explicaba un suboficial a su superior por el walkie-talkie, mientras trataba, junto a empleados del hotel, de contener a los curiosos, que iban y venían entre las dos aceras llegando a obstaculizar por momentos el tránsito, dijeron las fuentes.

Tras muchos intentos —agregaron—, los agentes y empleados del hotel lograron persuadir a Gladys de que abordara un taxi de la instalación turística. Varias versiones indicaron que la anciana habría sido trasladada a una estación policial, pero esa información no pudo ser confirmada.

"Es un abuso, esa mujer siempre vende ahí sin ningún problema", reclamaron algunos de los presentes. "A ver si así logramos que [las autoridades] aflojen un poco", dijo una joven.

Según las fuentes, varias personas filmaron el incidente con teléfonos celulares. Agentes de la policía les pidieron que dejaran de hacerlo y se alejaran del lugar.

Un capitán apareció cuando todo había terminado y cuestionó a los agentes por qué no habían subido a la anciana por la fuerza en el auto policial.

"Las inspectoras crearon el problema y después desaparecieron", criticaron los policías en otro momento.

Dos mujeres que, según los testigos, dijeron conocer a Gladys, advirtieron que la anciana sufre diabetes y que su situación económica es muy precaria. "Tengo dos hijos presos", gritaba la mujer en el comienzo de su protesta.

Un hecho similar se registró meses atrás, cuando una mujer recorrió desnuda calles de la ciudad de Camagüey para protestar por las difíciles condiciones de vida en la Isla.

Los inspectores integrales pertenecen a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) y su misión es hacer cumplir las disposiciones gubernamentales para el "trabajo por cuenta propia". Son criticados con frecuencia por trabajadores privados y ciudadanos debido a los decomisos arbitrarios, la exigencia de sobornos y otros actos de corrupción.

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