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polémicas

'Mulán' regresa envuelta en polémica 22 años después

Numerosos activistas chinos llaman a boicotear la cinta, que fue filmada en la ciudad de Xianjiang, epicentro de las violaciones de los derechos humanos en el país.

Pekín
La actriz Yifei Liu, protagonista del filme.
La actriz Yifei Liu, protagonista del filme. Disney

El regreso de Mulán, 22 años después del estreno de su primera versión, ha provocado numerosas controversias a nivel internacional, pues la ciudad de Xianjiang, considerada el epicentro de la violación de los derechos humanos por parte del régimen chino fue la locación utilizada por los realizadores del filme, informó el portal Infobae.

Pero la elección de la mencionada ciudad no fue lo único que resultó controvertido respecto a la cinta protagonizada por Yifei Liu, pues además, los productores, por torpeza, desconocimiento o complicidad, agradecieron en los créditos al Partido Comunista Chino y a las autoridades regionales por cederles las escenografías, lo que fue calificado como "un escándalo" por The Washington Post.

"Hay un lado oscuro en esos paisajes. Disney filmó Mulán en regiones de China. En los créditos, Disney ofrece un agradecimiento especial a más de una docena de instituciones chinas que ayudaron con la película. Estos incluyen cuatro departamentos de propaganda del Partido Comunista Chino en la región de Xinjiang, así como la Oficina de Seguridad Pública de la ciudad de Turpan en la misma región, organizaciones que están facilitando crímenes contra la humanidad", escribió el crítico cinematográfico Isaac Stone Fish en su columna.

Agencias internacionales han advertido en los últimos días acerca del boicot que se ha puesto en marcha en rechazo a la supuesta complicidad de los productores con agentes del régimen chino.

Grupos de derechos humanos, académicos y periodistas han realizado diversas denuncias acerca de la represión contra los musulmanes uigur y kazajo en Xinjiang, quienes son castigados con internamientos masivos, esterilizaciones forzadas, trabajo esclavo, así como intensas restricciones religiosas y de movimiento.

Isaac Stone Fish, integrante de la Asia Society y columnista de The Washington Post opinó que la producción es "posiblemente la película más problemática de Disney" desde Song of the South, un filme que ensalzó en 1946 la vida en las plantaciones y la compañía retiró desde entonces.

Badiucao, un artista crítico del régimen chino que vive en Melbourne, dijo que actualmente está trabajando en una caricatura que retrata a Mulán como un guardia en uno de los campos de internamiento en Xinjiang para satirizar la nueva megaproducción."Es muy problemático y no hay excusa. Quiero decir, está claro, tenemos toda la evidencia que muestra lo que está sucediendo en Xinjiang", afirmó.

"Más de un millón de musulmanes en Xinjiang, la mayoría de la minoría uigur, han sido encarcelados en campos de concentración. Innumerables personas han muerto. Las campañas de esterilización forzada han provocado que la tasa de natalidad haya caído en picada aproximadamente un 24% en 2019", remarcó Fish en su texto.

El columnista del periódico estadounidense preguntó: "¿Por qué Disney necesitaba trabajar en Xinjiang? No era necesario. Hay muchas otras regiones de China, y países de todo el mundo, que ofrecen el paisaje montañoso de gran belleza presente en la película. Pero al hacerlo, Disney ayuda a normalizar un crimen contra la humanidad".

Otro de los que llamaron al boicot de la película fue el defensor de los derechos humanos y líder a favor de la democracia de Hong Kong, Joshua Wong, quien señaló que la "película se estrenó. Pero debido a que Disney es complaciente con Beijing y debido a que Liu Yifei abierta y orgullosamente respalda la brutalidad policial en Hong Kong", instó a todos sus seguidores a boicotear la cinta.

La producción, con un coste de 200 millones de dólares, estaba prevista para llegar a la gran pantalla en marzo, pero fue una de las primeras víctimas de la pandemia, lo que obligó varios atrasos que llevaron a descartar su estreno en cines.

Durante el mes de agosto, aún sin saber cuándo sería seguro regresar a las salas, y todavía alejado de la polémica por sus agradecimientos, Disney sorprendió la industria anunciar que Mulán se estrenaría en las pantallas de los hogares.

"La decisión de que saliera en Disney+ causó un gran choque para muchos de nosotros", reveló el actor Jason Scott Lee, que interpreta al villano principal de la película, explicando que la producción estaba "destinada a ser vista" en la pantalla grande.

"Al principio fue devastador", confesó a la agencia de noticias AFP Tzi Ma, quien interpreta al padre de Mulán. "Pero después de un día más o menos, pensé en el lado positivo... con Covid-19, nuestras responsabilidades crecen. Queremos mantenerlos a todos seguros".

Además de las preocupaciones sobre la salud del público, Disney conduce un experimento de visualización en demanda que puede alterar dramáticamente la forma en que la gente ve películas. Aunque Disney ha producido varias películas para consumo casero, nunca lo hizo con una producción de este tamaño, y Hollywood observa con nerviosismo.

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