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Sociedad

En el país de la soledad, familiares de alquiler

En Japón florecen los negocios dirigidos a suplir la carencia de amigos y allegados.

Madrid

Japón se ha convertido en el país de la soledad. La cultura del honor y del trabajo se han impuesto en una sociedad donde ya no es fundamental tener amigos y familia, sino aparentarlo. Y ahí justamente está, para algunos, el negocio: han surgido agencias que ayudan a guardar las apariencias, cumplir con las tradiciones o suplir las necesidades afectivas de un creciente número de clientes, informa Yahoo.com.

Un ejército de actores profesionales interpretan papeles como los padres de un novio huérfano o los compañeros de trabajo de un desempleado durante una fiesta familiar.

La empresa Hagemashi-tai asegura ser la creadora de este negocio. Su nombre significa "deseo animarte" y fue fundada por Ryūichi Ichinokawa en 2006. Pero la precursora fue la empresaria Satsuki Ōiwa, quien en 1989 alquilaba hijos y nietos para ancianos solitarios cuyos familiares no tenían tiempo de visitarlos.

Otra empresa similar es Family Romance, de Yūichi Ishii, destinada a quienes quieren ofrecer una boda acorde con las rígidas expectativas de la tradición.

En Japón el número total de invitados, que incluye familiares, amigos y compañeros de trabajo es cada vez más difícil de cumplir debido a que los novios no viven en sus ciudades de origen o porque sus trabajos en realidad no son tan prestigiosos como para ganar el respeto social necesario.

Las agencias de servicios especializados han proliferado en la medida en que se ha popularizado la idea de alquilar un familiar, mientras ir a una consulta psiquiátrica continúa siendo un tabú.

Un novedoso programa de "alquiler de hermanas", ofrecido por el grupo Un Nuevo Comienzo, ofrece los servicios de voluntarias que visitan a personas que sufren de "hikikomori", una condición en la que las personas se aíslan completamente del contacto social y permanecen encerradas en sus habitaciones durante meses.

Las autoridades sanitarias japonesas han advertido que al menos medio millón de personas de todas las edades padecen este trastorno en el país.

Las hermanas sustitutas visitan a las personas con hikikomori para conversar y animarlas a salir de casa, proceso que puede tardar entre uno y dos años.

Otro de los negocios florecientes es el de Ossan Rental, traducido literalmente como "alquiler de tíos", fundado por Takanobu Nishimoto en 2012, cuando cumplió 50 años.

En una sociedad que valora la sabiduría, el potencial de un hombre de edad media parece ser ilimitado. Así que por 11 dólares la hora es posible contratar a uno para conversar y escuchar sus consejos.

Mujeres solteras contratan a los tíos de Ossan como compañía para almorzar, ir al cine, elegir el auto ideal, o presentarse en las entrevistas para alquilar vivienda.

Se trata de un servicio absolutamente platónico que no incluye contacto físico entre el cliente y el actor, según la empresa.

La emprendedora Megumi Furukama comprendió en 2013 que los japoneses daban más valor a los vínculos con otras personas que al dinero.

Pensando en el valor de las conexiones humanas, Furukawa fundó Apoyo Uno que ofrece cuidados domésticos como la supervisión de adultos mayores, cocinar, limpiar y pasear mascotas.

Con la vista puesta en las necesidades de sus clientes, Ayuda Uno ofrece una plantilla de actores dispuestos a levantarse de madrugada y hacer la fila para solicitar cupo en una cotizada escuela infantil o pedir disculpas en representación de su cliente al hacerse pasar por un familiar.

El Instituto Nacional de Investigación de Población e Seguridad Social señaló en 2016 que para el 2035, más del 30 por ciento de los hogares estarán compuestos por una sola persona.

Estos negocios intentan compensar la ausencia de intimidad emocional con actores que escuchan y pretenden tener los mismos intereses de los clientes. Tienen un mercado asegurado en la sociedad japonesa, donde el 60% de los adultos solteros no tiene ningún tipo de relación sentimental.

La falta de intimidad física y emocional no solo afecta a los solteros. La Asociación para la Planificación Familiar de Japón divulgó en febrero de 2017 que el 47,2% de los japoneses casados no tenía relaciones sexuales con sus parejas, por lo que no sorprende que la tasa de fertilidad haya descendido a 1,4 niños por cada mujer.

Si esa tendencia continúa, la población japonesa descenderá de los 127 millones de habitantes actuales a 86 millones en 2060. Tal vez, entonces, florezcan los negocios de alquiler de hijos.

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