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Artes plásticas

'Calavereando' con Julio César Peña Peralta

El grabador expone en la Casa de México hasta mediados de agosto.

La Habana

En 1928, Jorge Mañach publica su libro Indagación del Choteo y escarba en la conciencia colectiva de la nación, en años de fundación republicana. Casi un siglo después, el "choteo" sigue siendo una de las herramientas psicosociales más utilizadas por los cubanos. Al desvirtuar la realidad, no tomamos nada en serio. Nos reímos de nuestros problemas y al hacerlo, los espiramos, o al menos eso creemos. Pero al dejar la tiradera al relajo, los problemas siguen ahí, sobre nosotros, sin que podamos hacer mucho por cambiar nuestra suerte. 

Las calaveras son los personajes protagónicos de las realidades que propone Julio César Peña Peralta (Holguín, 1969), haciendo honor al choteo.

Calavereando es la más reciente exposición personal de este grabador, uno de los artistas más inquietos y comprometidos con la articulación funcional del Taller Experimental de Gráfica de La Habana (TG), del cual es miembro desde finales de los 90. 

La muestra se exhibe en la planta baja de La Casa de México, lugar propicio para su arte. Aunque no nos engañemos, Peña no intenta celebrar las culturas ancestrales, la revolución, ni el folklore mexicano asociado al Día de Muertos, como hiciera espléndidamente, en su día, el mexicano José Guadalupe Posada (Aguascalientes, 1852- Ciudad de México, 1913).

Tras cinco infructuosos intentos de ingresar en la academia de San Alejandro, Peña no se dio por vencido. fracasó. Y "cuando le mostró sus calaveras a su maestro, Antonio Canet, este consideró que había un camino por donde podía andar y lo remitió a la obra de Guadalupe Posada", señala Onedys Calvo en su texto Con el tono del barrio, de la sabia popular. A propósito de La Habana de Julio César Peña Peralta.

Su recorrido ha sido largo y tortuoso. En el camino ha sabido ganarse el respeto de sus coetáneos, conquistando disimiles premios.

Las obras de Julio César Peña Peralta son reconocibles dentro del arte cubano tanto por las calaveras como por la utilización de la xilografía (grabado sobre madera) como técnica fundamental para la elaboración del discurso visual. El artista también ha incursionado en la fotografía, las instalaciones, las ilustraciones, el dibujo y pintura. Pero sin duda alguna, es en el grabado donde destaca con mayores aciertos. 

Para Calavereando, Peña elige un número importante de matrices de grabado. El artista exhibe en su mayoría tacos sobre los cuales ha impreso papel. Los presenta entintados de diversas maneras, en algunos casos, con intención manifiesta hacia la pintura y el collage, sin abandonar su funcionalidad como planchas de grabados. Sus piezas hacen un recorrido por distintos temas que se adentran en la sexualidad, los retratos, acontecimientos sociales y religiosos entre otros, tratados con humor mordaz.

Obras como QuinceañeraN. S. de la Caridad del Cobre, ambas de 2017; Erótico, de 2016; y la serie Esquelesutra, de 2018-2019, son ejemplos de su empeño por mostrarnos tal cual somos en esencia. En una de las paredes de la muestra, el artista escribe a modo de aclaración sus intenciones: "Mi obra no es la muerte, es la vida. Así somos todos, sin este disfraz que nos hace tan diferentes".

Calavereando podrá ser visitada en los horarios habituales de la Casa de México hasta mediados de agosto.

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