Cinco de los 92 acusados por autoridades federales y estatales de Estados Unidos en relación con un esquema delictivo que comprendía accidentes de tráfico simulados y cobros fraudulentos a aseguradoras de autos, están en Cuba, según la lista de sospechosos publicada por fiscales federales, informa Radio Martí.
Entre ellos figuran dos presuntos cabecillas, Vladimir López, de 38 años, y Lázaro Vigoa Mauri, de 45 años. A estos y los demás acusados que aún no han sido capturados se les considera prófugos.
Los otros tres refugiados en la Isla son Dagoberto Milián López, de 57 años, Eduart González, de 35, y Obelio Rodríguez, de 44, según las autoridades estadounidenses.
dLos involucrados en el caso escenificaban choques de vehículos y falsificaban certificados de tratamientos médicos en clínicas del sur de la Florida.
Los investigadores creen que por lo menos 20 millones de dólares fueron cobrados de manera fraudulenta a empresas de seguros para cubrir los reclamos falsos por decenas de accidentes simulados.
Según el diario miamense El Nuevo Herald, los documentos disponibles en la corte federal relacionados con el caso indican que algunas de las ganancias ilícitas fueron luego enviadas a Cuba.
"Varios de los acusados", dicen los documentos, citados por la publicación, "proporcionaron declaraciones sobre su conocimiento de que Lázaro Vigoa y Vladimir López contrabandeaban el dinero fuera de Estados Unidos hacia Cuba".
El expediente judicial no detalla el monto del dinero enviado a la Isla.
La conspiración de accidentes simulados ha sido descrita por los investigadores como una de las más intrincadas en años recientes.
Los cargos contra los involucrados incluyen fraude postal y conspiración para lavar dinero, estructuración de transacciones financieras y la participación en la simulación de accidentes.
Según los investigadores participaron en los delitos desde propietarios de clínicas y personal médico que emitía diagnósticos fraudulentos y prescribía falsos tratamientos, hasta oficinistas que facturaban por los servicios y reclutadores que encontraban a las "víctimas" de los "accidentes" —principalmente emigrantes recién llegados de la Isla— y los entrenaban para simular colisiones, indicó Radio Martí.
Los reclutadores enseñaban a los participantes en el fraude a hacer que los accidentes parecieran reales, a presentar su declaración a los agentes policiales y a fingir lesiones que luego debían tratarse en clínicas específicas.
También se les enseñaba cómo debían presentar sus reclamaciones al seguro. Los cabecillas cuidaban luego que los cheques de las aseguradoras fueran depositados en cuentas controladas por ellos y pagaban comisiones a los participantes.