El sacerdote Rubén Orlando Leyva, que ejerce en Santiago de Las Vegas, La Habana, considera que las protestas que se vivieron el 11 de julio en Cuba "fueron el golpe final a 62 años de miedo y silencio servil", así como una señal de "esperanza" y de que la mayoría de los cubanos no quiere comunismo.
"No podemos cerrar los ojos a esta realidad. La gente está muriendo en hospitales y centros de aislamiento por falta de medicamentos. Ni siquiera tenemos los suministros más elementales, como analgésicos, antibióticos y vitaminas", escribe el religioso católico en un artículo publicado en Washington Examiner, en el que advierte de que "Cuba está muriendo".
"Somos una población vulnerable, desnutrida y que padece hambre, y en gran parte no está vacunada. Los medios de comunicación estatales mienten con impunidad, defendiendo la línea del Partido Comunista, por absurda que sea", lamenta.
A pesar de esta situación, cree que "siempre hay esperanza".
"Hay esperanza de que pase toda esta pesadilla, que las protestas en toda la Isla que estallaron el 11 de julio (lo que los cubanos en las redes sociales llaman #11J) fueron el golpe final a 62 años de miedo y silencio servil. Hay esperanza de que Cuba tenga ahora la oportunidad de escribir una nueva historia, de volver al camino que nunca debió haber abandonado: el camino hacia una república democrática cuyos ciudadanos sean totalmente libres de participar en la vida política, social y económica de la nación", sostiene.
Leyva, director de la Red de Jóvenes Católicos Cubanos, una comunidad en línea con más de 5.000 miembros, señala que "las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional tienen la oportunidad de unirse al pueblo, es decir, a aquellos a quienes deberían estar sirviendo en lugar de reprimir".
En opinión del padre, "el Gobierno tiene la oportunidad de obtener un legado y un futuro diferente para una nueva generación que ve la ideología gobernante, de odio y opresión, clara y con disgusto. Quienes ahora ostentan el poder en Cuba tienen la oportunidad de terminar de enterrar el sistema comunista de la nación, una farsa absurda pero mortal que ahora está en sus últimos estertores".
"A los que están en el poder, ustedes que gobiernan en medio de tanto descontento: Finalmente reconozcan que los hijos e hijas de Cuba no quieren el comunismo, una importación desastrosa de los soviéticos que ni siquiera les funcionó. Aprender a valorar el rico legado de los verdaderos héroes de Cuba, los que forjaron esta república, y valorar también la tremenda energía y capacidad de nuestra juventud; son ellos quienes deben estar a la vanguardia del país que deseamos", dice.
"A mis compatriotas cubanos: Depende de todos armarnos con esta esperanza para que podamos levantar a nuestra nación una vez más. La comunidad internacional aún tiene que ofrecer mucha ayuda. Seamos juntos los protagonistas de una nueva Cuba libre, un lugar donde es normal tener sueños y sonrisas en los labios y en el corazón", añade.
"Trabajemos por una Cuba 'con todos y por el bien de todos', una Cuba que no esté dominada por la ideología, donde todos tengan un lugar, donde las calles sean de todos y donde los poderosos no opriman a los que no tienen poder. Queremos una Cuba donde los únicos límites a la libertad sean la caridad y los derechos de los demás; donde nadie tiene que bajar la voz, o peor, esconderse, para decir lo que piensa; donde hay una verdadera participación política; y donde uno puede lanzar libremente nuevas empresas. En definitiva, queremos una Cuba en manos de cubanos y no en manos de ninguna dictadura. Esta es una Cuba donde todos sus hijos pueden venir en compañerismo a la mesa sin que nadie los llame a otro 'traidor' o 'gusano' o 'escoria'", escribe.
"Nosotros, los hijos e hijas de Cuba, no nacimos para tanta vileza. Debemos confesar ante Dios cualquier odio y mezquindad de nuestra parte, si ha habido alguno, y luego retomar las riendas de nuestra historia y poner fin a esta larga pesadilla. Dios, Patria, Vida y Libertad para Cuba: Esta es mi humilde oración de hoy. ¡Viva Cuba libre!", concluye.
Pese a los llamados de sacerdotes, artistas e intelectuales al Gobierno para que dialogue y no reprima el pueblo, el régimen de La Habana sigue con su postura de tachar a los opositores de delincuentes y de culpar a Estados Unidos de estar tras las protestas pacíficas del 11J.
Las autoridades cubanas niegan los abusos de la Policía y los "boinas negras", las desapariciones y las torturas en el país, pese a los testimonios de las víctimas de la represión tras los gritos de libertad el 11J.
La Habana solo reconoció la muerte de un cubano en las protestas del 11J y no da cifras exactas de los detenidos. Según organizaciones independientes como Cubalex, la cifra de detenidos supera las 800 personas.
If your voice
held no
POWER
they wouldn't try to silence
you.
Aquí lo importante no es lo que dice el Padre Leyva, sino la valentía de decirlo y publicarlo en el extranjero, donde todavía mucha gente no acaba de enterder que la Revolución de Fidel ha sido perversa.
Tanta es la confusión acerca de Fidel, su socialismo, y tanta la confusión acerca del marxismo, que todavía hoy el marxismo sigue siendo el programa y la guía de millones de personas. Más abajo la Sra. Rita muestra su confusión acerca de lo que Martí pensaba de Marx. Efectivamente, Martí entendió que los métodos propuestos por Marx para mejorar la vida de los trabajadores no era el correcto, pero sucumbió a su demagogia social. Esto fue lo que Martí dijo: " Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño y arde en ansias temerosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blanco al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Indigna el forzoso abestiamiento de unos hombres en provecho de otros."
A ver Sr. Weston, yo no tengo ninguna confusión ni nada que se le parezca, como usted pretende; del mismo modo que no la tuvo Martí, o por qué no se hizo marxista, pues porque fue un espíritu en términos filosóficos más trascedente que Carlos Marx. Ya le dije más abajo, que Martí era profundamente generoso con todo y todos, por tanto, no va a encontrar que arremeta contra ningún filósofo ni ninguna persona de manera violenta, como sí lo hizo Marx, en contra todo lo que no se avenía a su forma de pensar. ¿Qué pretende? que Martí estaba equivocado y por eso no se hizo marxista. No me haga reír. Su crítica al marxismo fue fotográfica al definirla: "sentar a un pobre en los hombros de otro pobre". A mi, ya ve, no es que esté en un error, es que conozco al marxismo y al comunismo y no me interesan, por eso me fui de Cuba. En cuanto a que el Marxismo sea la pauta del conocimiento, por favor, es una escuela superada en esos términos. Todo lo que plantea es propio del momento de su aparición.
Y continuaba Martí: "Mas se ha de encontrar salida a la indignación de modo que la bestia cese sin que se desborde y espante. Ved esta sala la preside, rodeado de hojas verdes, el retrato de aquel reformador ardiente, reunidor de hombres de diversos pueblos, y organizador incansable y pujante. La Internacional fue su obra: vienen a honrarlo hombres de todas las naciones. La multitud, que es de bravos braceros cuya vista estremece y conforta, enseña más músculos que alhajas, más caras honradas que paños sedosos. El trabajo embellece. Remoza ver a un labriego, a un herrador o a un marinero. De manejar las fuerzas de la naturaleza, les viene ser hermosos como ella."
Ese encantamiento del marxismo tiene hoy tanta vigencia como antes del desplome de la URSS y el campo socialista. Negarlo es una tontería, y comparar el legado de Martí con el de Marx, es otra tonteria. A Martí lo conocemos los cubanos. A Marx lo conocen en todo el mundo.
Muchos de quienes dirigen hoy a los EEUU lo siguen.
Es su opinión. Martí era un hombre profundamente generoso, y hasta con las personas que trataron de envenenarlo o asesinarlo fue considerado y las perdonó; todo lo contrario que Carlos Marx, que a pesar de todo lo que planteaba, no reconoció haber dejado embarazada a una sirvienta -ni reconoció al hijo que tuvo con ella, que le endosó a Engels-, no deseaba que sus hijas se casaran con obreros; admitía que él no era marxista, a pesar de crear el marxismo, le gustaban las buenas comidas y bebidas, que su ideología niega en la práctica a los que la aguantan. Y sobre todo y a diferencia de Martí: no admitía las diferencias ideológicas, postulaba la muerte de manera violenta para todo lo que se opusiera a la construcción del comunismo, a la existencia de ese sólo partido político e incluso a las opiniones discrepantes... Es que es una ideología nauseabunda, o por qué cree que Martí no se afilió a ella, ni fue a las Internacionales, ni puso interés en conocer a Marx. Martí era otra cosa.
Gracias Sra. Rita. Muy emocional su mensaje. Lamentablemente usted escribió su nota previa en medio de mis comentarios. Es decir, sin haberlos terminado de leer. La estructura de los foros de DDC no es muy buena, y ellos limitan el número de palabras por lo que las interrupciones son inevitables.
Su expresión: "¿Qué pretende? que Martí estaba equivocado y por eso no se hizo marxista. No me haga reír...", demuestra que también usted se equivoca en lo que lee. No creo que Martí estuviera equivocado, y mucho menos pienso que Martí tuviera alguna razón para "hacerse" marxista. Más bien creo que vio los defectos del marxismo con claridad; pero "sucumbió a su demagogia social", como le ocurre a millones de personas en el mundo. De cualquier manera, Sra. Rita, me alegro de haberla hecho reir.
Sr. Weston, Martí tenía mucho mundo y talento. Por eso trató con inteligencia al pasado, del que no podía prescindir. De no ser por su inteligencia, aunar a los cubanos del exilio para emprender la liberación de Cuba, hubiera sido tarea imposible. Si Maceo fue el Titán de Bronce -que no lo niego-, el aguante de Martí lo convirtió en la figura de platino. En cuanto a la Filosofía, Martí caló muy bien a los pensadores que abordó y los conectó con sus respectivas épocas y realidades, como hizo con Emerson y el pragmatismo norteamericano, al que obedece ese pensador en todos los sentidos. Fue un hijo de su tiempo, y en verdad, no podía escapar al análisis de Marx, ni tampoco al estudio de la democracia norteamericana y sus defectos de entonces. Martí sobrepasó a su época, como hacen contados ilustres pensadores, políticos y escritores. ¿Le quedaba grande a la Cuba de entonces? Ojalá y hubiese sido el primer Presidente, pero ya ve... ¿Qué nos dirían las páginas perdidas de su diario?
Sra. Rita, suscribo este comentario suyo en su totalidad.
Gracias por sus inteligentes y amenas participaciones.
Tiene toda la razón el cura, y ojalá y le escuchen las autoridades cubanas. Los mambises con Martí, Gómez y Maceo, sin descontar los de la gesta de 1868 -y otros movimientos políticos-, abogaron por una REPÚBLICA DEMOCRÁTICA. Martí, en su vida tuvo interés en tratar a Carlos Marx, ni en adoptar su ideología, que criticó fuertemente, como opresora de los pobres, y para nada liberadora. Martí superaba a Carlos Marx en todos los sentidos. Y esa es la luz, que guía a nuestro pueblo, porque deseaba su libertad y progreso. No la falsa palabra de los Castro, que llegaron a Cuba (su padre) para todo lo contrario. Para matar cubanos que quisieran ser libres. Y es lo que han hecho y están haciendo desde entonces.
LO de Cuba ya no tiene marcha atrás. Llueve y no escampa.